Unicef: Falta de inodoros contribuye a desnutrición de millones de niños
Según la ONU, unos 2.400 millones de personas no disponen de retretes y casi 1.000 millones, uno de cada ocho habitantes del mundo, defecan al aire libre.
Este jueves se conmemora el día mundial del inodoro.
La falta de sistemas de retretes y saneamiento adecuados es una de las causas de la desnutrición que sufren millones de niños en el mundo.
La falta de sistemas de retretes y saneamiento adecuados es una de las causas de la desnutrición que sufren millones de niños en el mundo, advirtió este jueves Unicef.
Con motivo del Día Mundial del Inodoro, la Agencia de Naciones Unidas para la Infancia publicó un informe que llama la atención sobre los vínculos entre saneamiento y desnutrición y que propone medidas para tratar de terminar con esa situación.
"Tenemos que ofrecer soluciones concretas e innovadoras al problema de dónde va la gente al baño. Si no, estaremos fallando a millones de los niños más pobres y vulnerables", advirtió en un comunicado Sanjay Wijesekera, responsable de programas de Agua, Saneamiento e Higiene de Unicef.
Según la ONU, unos 2.400 millones de personas no disponen de inodoros y casi 1.000 millones, uno de cada ocho habitantes del mundo, defecan al aire libre.
Esa práctica es uno de los grandes causantes de la expansión de diarreas y parásitos intestinales, que provocan numerosas muertes y casos de malnutrición en millones de niños.
La diarrea es responsable del 9 por ciento de los fallecimientos de menores de cinco años cada año y el problema se dispara en los lugares con saneamiento inadecuado, generalmente países pobres, mientras que casos repetidos de este problema terminan por afectar al desarrollo de los pequeños.
Según las estimaciones de Unicef, 159 millones de menores de cinco años sufren retrasos en el crecimiento por ese motivo y otros 50 millones tienen un peso claramente inferior al que deberían tener para su edad.
A la malnutrición contribuyen también parásitos intestinales que afectan a las mujeres embarazadas y que, en muchas ocasiones, se transmiten por la contaminación del suelo en áreas donde la gente hace sus necesidades al aire libre.
"No hay excusas para no actuar en el acceso a los inodoros, incluso en las comunidades más pobres o durante emergencias", señaló Wijesekera.