Ex exposa de Scott Weiland y madre de sus dos hijos llamó a "no glorificar su tragedia"
Escribió una descarnada carta abierta.
"Ellos perdieron a su padre hace muchos años. Lo que verdaderamente perdieron el 3 de diciembre fue la esperanza", describió.
"Pasé incontables horas tratando de calmar sus ataques de paranoia, llevándolo a la ducha y dándole café, sólo para poder arrastrarlo hasta el público en el show de talentos de Noah o el musical de Lucy", reveló.
A menos de una semana de la muerte del ex líder de Stone Temple Pilots, Scott Weiland, su ex mujer y madre de dos hijos escribió una conmovedora carta que luego publicó en la versión estadounidense de Rolling Stone.
Allí Mary Forsberg, quien estuvo casada con el músico entre el año 2000 y 2007 se refirió en profundidad a las múltiples adicciones del cantante.
"Noah y Lucy (sus hijos en común) perdieron a su padre hace años. Lo que verdaderamente perdieron el 3 de diciembre fue la esperanza", se puede leer en la misiva.
La carta, escrita con ayuda de sus hijos, hoy adolscentes fue escrita a modo de homenaje y despedida, pero sin dejar de ser críticos y retratar con dureza su historia de vida, exponiéndola como ejemplo de lo que no se debe hacer, es decir, vanagloriar la tragedia.
Algunos párrafos del texto:
El 3 de diciembre de 2015 no es el día en que murió Scott Weiland. Es el día que el público usará oficialmente para llorarlo y fue el último día en que pudo ser puesto frente a un micrófono para el beneficio financiero o el disfrute de otros. La efusión de condolencias y plegarias ofrecidas a nuestros hijos, Noah y Lucy, ha sido sobrecogedora, apreciada e incluso consoladora. Pero la verdad es que, como muchos otros chicos, ellos perdieron a su padre hace años. Lo que verdaderamente perdieron el 3 de diciembre fue la esperanza.
No queremos minimizar el increíble talento de Scott, su imagen o su habilidad para encender cada escenario con brillante electricidad. Mucha gente ha sido lo suficientemente elegante como para elogiar su don. La música está aquí para quedarse. Pero en cierto punto, alguien debe dar un paso al frente y decir que sí, que esto va a volver a suceder, porque como sociedad casi que lo apoyamos.
Muchos de esos artistas tienen hijos. Chicos con lágrimas en los ojos, que viven el pánico porque sus llantos no son escuchados. Tú podrás preguntarte: "¿Cómo podemos saberlo nosotros? ¡Si leímos que disfrutó estar con sus chicos y que hacía cinco años que estaba limpio de drogas!" En realidad, lo que no quisiste reconocer fue a un paranoico que no podía recordar sus propias letras o que sólo fue fotografiado con sus hijos un puñado de veces en 15 años de paternidad.
Incluso después de que Scott y yo nos separamos, pasé incontables horas tratando de calmar sus ataques de paranoia, llevándolo a la ducha y dándole café, sólo para poder arrastrarlo hasta el público en el show de talentos de Noah o el musical de Lucy. Esos breves encuentros fueron mis intentos de darle a los chicos un sentido de normalidad con su padre. Pero cualquier cosa más larga a menudo se convertía en algo alarmante e incómodo para ellos. Estar inmersa tantos años en las múltiples enfermedades de Scott me llevó a la depresión; en un punto, fui diagnosticada erróneamente como bipolar. Temí que lo mismo fuera a pasarle a los chicos. Hubo momentos en que los Servicios de Protección Infantil no lo dejaban estar solo con ellos.