Caso SQM: Marco Enríquez-Ominami no quiso explicar "cómo se gana la vida"
El líder del Partido Progresista compareció ayer como imputado ante los fiscales Emiliano Arias y Carmen Gloria Segura.
A sugerencia de su abogado se acogió al derecho a guardar silencio y rechazó levantar el secreto de sus cuentas bancarias.
"He renunciado a mi derecho a guardar silencio", dijo ayer el ex diputado al salir de la Fiscalía. Distintos medios de prensa coinciden en que esto es sólo parcialmente cierto.
"He renunciado a mi derecho a guardar silencio. Le he planteado a la Fiscalía que mi declaración sea pública. A su vez, he aportado un conjunto de documentos que creo importantes para la investigación. Confirmo y reafirmo que he actuado de acuerdo a la ley, de manera legal".
Éstas fueron parte de las afirmaciones que hizo el lunes ante la prensa el líder del Partido Progresista, Marco Enríquez-Ominami, tras declarar como imputado en el marco de la investigación del caso SQM; esto a propósito de los 362 millones de pesos que SQM Salar pagó entre 2011 y 2013 a la empresa de su ex mano derecha, Cristián Warner, antecedentes a partir de los cuales el Servicio de Impuestos Internos se querelló contra este último.
El ex diputado compareció ante los fiscales Emiliano Arias y Carmen Gloria Segura 54 días después de su citación original, luego de concluir una extensa gira por Francia y varios países de América Latina. Esta larga ausencia de Chile fue interpretada como una estrategia judicial para evitar ser interrogado por el ex fiscal nacional Sabas Chahuán y motivó una serie de comentarios sarcásticos desde la derecha, de los que tomó parte incluso el ex Presidente Sebastián Piñera.
Distintos medios de prensa han coincidido este martes en afirmar que la señalada renuncia al derecho a guardar silencio de Enríquez-Ominami fue sólo parcial. El Mercurio consignaba temprano que el ex candidato presidencial "rehuyó algunas consultas de los fiscales" y "no autorizó" al Ministerio Público para "acceder a sus cuentas bancarias y así alzar voluntariamente el secreto bancario que las protege".
La edición impresa de La Tercera informó, en tanto, que "el líder del PRO no concluyó su interrogatorio, ya que tras volver de un receso, se quejó de la forma en que se estaba desarrollando la diligencia, notificando que a partir de ese momento se acogía a su derecho a guardar silencio".
"Momentos de tensión"
El diario La Segunda ahonda esta tarde en los detalles de la diligencia efectuada en la víspera, señalando que Enríquez-Ominami realizó inicialmente una "exposición" respecto a lo que su abogado, Ciro Colombara, "consideraba importante aportar a la investigación".
Su actitud cambió, sin embargo, cuando los fiscales Arias y Segura comenzaron a interrogarlo "sobre cómo se gana la vida". Entonces "la diligencia mostró sus mayores momentos de tensión", según el relato textual que hace el propio vespertino.
Frente a tales preguntas, y "a instancias" de Colombara, el dos veces aspirante a La Moneda se acogió a su derecho a guardar silencio, y "la negativa (a responder) se repitió cuando se le consultó por los medios de pago que recibe, si eran en efectivo o mediante depósitos, y en cuántas sociedades participa".
Después, "ante el reclamo del abogado, uno de los persecutores le aclaró que la dirección de interrogatorio la hacía el fiscal y no los interrogados, porque es una diligencia de investigación", se lee en La Segunda.
"En ese punto la defensa del líder del PRO solicitó un receso" y, tras éste, el ex diputado y ex militante socialista simplemente "dejó de responder".
Luego "vino su negativa a dar autorización para levantar el secreto bancario de sus cuentas corrientes y a la revisión de sus cuentas de correos electrónicos", detalló La Segunda.
El mismo diario recordó que en una entrevista que le hizo a comienzos de este año, Enríquez-Ominami contó que repartía los gastos de su casa con su esposa, la periodista Karen Doggenweiler, y que la principal fuente de sus ingresos era la productora Rivas & Rivas Limitada, que creó en 1998 y a través de la cual recibe los derechos televisivos de series como "La Vida es una Lotería", que vendió a países como Argentina y Estados Unidos.
En dicha ocasión explicó que también era remunerado por clases y charlas que dicta en países extranjeros.