Sigue búsqueda contrarreloj de desaparecidos en deslizamiento de tierras en China
Deslizamiento de tierra provocó que 10 hectáreas quedaran cubiertas por escombros.
Alrededor de 1.500 personas trabajan en las tareas de rescate.
Todavía se desconocen con claridad las causas del siniestro.
Los equipos de rescate trabajan contrarreloj en el parque industrial de Shenzhen al sur de China, donde un desprendimiento enterró el domingo a 85 personas, según las últimas cifras, aunque sigue habiendo confusión en torno a ese número de víctimas y a las causas del accidente.
Las autoridades de esa ciudad vecina a Hong Kong, centro de la industria tecnológica de China, informaron de que el deslizamiento de tierras afectó en distinto grado a 33 edificios del parque industrial Hengtaiyu, entre ellos tres dormitorios de obreros, además de 14 fábricas y dos locales de oficinas.
Unas 10 hectáreas de la zona quedaron cubiertas por escombros, que en la mayoría del parque industrial alcanzan una altura media de seis metros.
Las autoridades locales informaron en un primer momento de que la cifra de desaparecidos era de 91, aunque tras realizar más comprobaciones la bajaron a 85.
Todavía se desconocen con claridad las causas del siniestro, aunque residentes locales aseguraron que durante años se han almacenado ilegalmente en el lugar escombros y otros desechos de obras que podrían haber causado el corrimiento.
Según el diario económico Caixin, la escombrera era gestionada desde 2013 por una empresa local llamada Lvwei Property Management, en el mismo lugar donde se situaba una antigua cantera, e informes medioambientales habían advertido de la inestabilidad del suelo, por lo que se consideraba una solución temporal.
Pese a ello, el gobierno local de Shenzhen, a través de su cuenta oficial en Sina (portal informativo chino) atribuye por ahora el accidente a causas "naturales".
Alrededor de 1.500 personas trabajan en las tareas de rescate, para las que se han destinado también perros rastreadores y 151 vehículos, entre ellos decenas de excavadoras que desde lo alto de la montaña de escombros intentan alcanzar el interior de los edificios más enterrados.
Al deslizamiento de tierras le siguió una explosión en un gasoducto de la zona, propiedad del gigante petrolero nacional Petrochina, y que destruyó 400 metros de tuberías.
La firma informó de que ha vaciado el conducto dañado de gas natural y ha desviado el transporte de este hidrocarburo a través de instalaciones temporales, ante la posibilidad de nuevas explosiones.