La columna de Pelotazo: Mis 10 deseos deportivos para el 2016
Uno de ellos es que se juegue Wanderers-Colo Colo. En Chile.
Año nuevo, vida nueva. Ojalá lo sea para el fútbol chileno que en este mes elegirá a su nuevo presidente. Me da lo mismo quién gane, porque ambos, Arturo Salah y Pablo Milad, han prometido transparentar todo lo que competa a la ANFP.
Por ende, el primer deseo es que el caballero que gane, cumpla. Y, además, actúe pensando en el bien del balompié criollo y no el de los clubes. Que parece lo mismo, pero no es igual. Si no, mire el tercer deseo.
El segundo tiene relación con el anterior. Es que el vencedor de las elecciones, entre tantas tareas, deberá sentarse a conversar con Jorge Sampaoli. Perdón, a escuchar a Sampaoli. El técnico de la "Roja" ha manifestado que tiene un plan para exponer al nuevo mandamás. Ante ello espero que haya dinero para pagar esa planificación, que sumada a su sueldo, no será poco. Se dice que no hay dinero en la ANFP, en ese caso, Roman Abramovich, feliz 2016.
El tercero, también tiene cercanía al primero. Es que hay dos artículos del reglamento del campeonato nacional de Primera que tienen nuestro fútbol en la UCI. Hay que cambiarlos. Ya. Uno es el 18, que habla sobre la contratación de máximo tres futbolistas para el torneo de Clausura, justo cuando tres clubes criollos parten la Copa Libertadores. El otro, el 90 o el 99, que se refieren a que un equipo no puede jugar dos torneos Conmebol en un mismo año, salvo que gane la Copa Chile. Emparejar hacia abajo nos tiene con paupérrimas campañas en la Copa Sudamericana, donde van "los que sobran".
El cuarto me lleva a la Copa América Centenario. Sueño con ganarla y para ello hay que llevar a los mejores. Ello se contrapone al deseo de Sampaoli de darle descanso a los cracks. ¿Y saben por qué? Porque varios no tienen vacaciones a mediados de año desde 2013. Luego hubo Brasil 2014, Chile 2015 y el 2017 será la Copa Confederaciones. Es ahora o nunca. En ambos casos: para ganar o para el asueto.
El quinto me traslada a Río de Janeiro. Hasta Atenas 2004 no teníamos medallas de oro y Nicolás Massú con Fernando González pudieron acabar con la mala racha chilena en los Juegos Olímpicos. Sé que es difícil, pero en Grecia también lo era. Vamos por esas preseas.
El sexto es que se juegue Wanderers-Colo Colo. En Chile.
El séptimo es amigo del anterior. Es que no podemos tolerar más partidos suspendidos por la violencia de unos pocos. Si la mayoría, sobre todo el Gobierno, la ANFP, las autoridades judiciales y policiales, muestran su rechazo ante los hechos vandálicos, bueno, demuéstrenlo con actos, con una ley más dura, no sólo con palabras de lamento. La ley 19.327 (1994) pasó a ser la 20.844 (2015). ¿Y cambios? Ninguno. Ah, uno. Menos gente en los estadios.
El octavo es que Suecia gane la Eurocopa en Francia. Si no, Inglaterra. Y como es difícil que pase, que la gane Alemania.
El noveno es que los equipos chilenos mejoren su rendimiento en los torneos internacionales. Es momento que alguien llegue a cuartos de final de la Libertadores al menos. Y si no pasa, empecemos a revisar nuestro torneo local, sus reglas, sus formas, porque debemos mejorar en competitividad.
Y el décimo deseo es que el Ministerio del Deporte derive los dineros que tiene a las disciplinas, que sin ser populares como el fútbol, han tenido logros en los últimos quince años. Como el tenis, hockey, ciclismo, canotaje, gimnasia y el querido atletismo. Eso nomás.