Unicef: 23.000 niños africanos quedaron huérfanos tras el final del ébola
La OMS declaró el fin de la epidemia en África Occidental que causó 11.300 muertes.
De los 4.767 pequeños infectados, 3.508 murieron.
Los menores necesitarán apoyo, a través de ayudas económicas, para acudir a la escuela, obtener ropa y alimentos, además de atención familiar.
Cerca de 23.000 niños que perdieron a uno o ambos progenitores o a sus cuidadores a causa de la epidemia de ébola que ha asolado Guinea, Liberia y Sierra Leona durante casi dos años continúan necesitando apoyo, advirtió este jueves Unicef.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia recordó la situación en que quedaron miles de niños huérfanos en el día en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la epidemia en África Occidental, donde ha causado 11.300 muertes.
El anuncio de que Liberia está libre de la transmisión del ébola, tras cumplirse el periodo de 42 días sin ningún caso, llega después de que en diciembre se anunciara que Guinea había superado la enfermedad y un mes antes Sierra Leona.
"Frenar esta epidemia ha sido un logro, pero no podemos olvidar el terrible impacto del ébola en estos países", incidió el director regional de Unicef para África Occidental y Central, Manuel Fontaine. "Muchas personas continúan sufriendo, especialmente los niños cuyas vidas han quedado aún más vulnerables", agregó, a través de un comunicado.
La mayoría de los niños que quedaron huérfanos por el virus letal han sido acogidos por familiares cercanos, parientes u otros miembros de sus comunidades.
Los menores necesitarán apoyo, a través de ayudas económicas, para acudir a la escuela, obtener ropa y alimentos, además de atención familiar.
Una experiencia "aterradora"
Desde que se produjo el brote de ébola hace dos años se han infectado 28.637 personas, de las que 4.767 son niños. En total, 11.315 personas han perdido la vida a causa de la enfermedad, que ha matado a 3.508 niños, lo que significa una de cada cuatro muertes.
Los 1.260 niños que han sobrevivido a la enfermedad en estos tres países africanos se enfrentan ahora al reto de ser aceptados de vuelta en sus comunidades. "El ébola ha supuesto una experiencia aterradora para los niños", dijo Fontaine.
Unicef trabaja en estos tres países para reforzar los sistemas de protección infantil, de modo que las autoridades puedan proporcionar servicios de apoyo psicosocial, reunificación familiar o cuidados alternativos, y una red de servicios para prevenir y responder ante abusos y violencia contra los niños.
La organización continuará con sus programas de control y sensibilización, equipos de respuesta rápida, movilización social y aislamiento temprano, que suministran servicios básicos sanitarios, nutricionales y de agua y saneamiento.
Solo para mantener el apoyo de emergencia a los niños afectados por la epidemia en Guinea, Liberia y Sierra Leona, Unicef necesita 15 millones de dólares (13,7 millones de euros) entre enero y marzo de 2016.
La epidemia causó el colapso de los servicios de salud en Liberia, Guinea-Conakry y Sierra Leona, que estaban mal preparados para una emergencia de tal magnitud.
Cuando la epidemia se desató y durante varios meses, la tasa de mortalidad se situó en el 80 por ciento, pero cuando la OMS comenzó a apoyarlos masivamente y se instalaron gradualmente los centros de tratamiento para ébola en los tres países, esta tasa se redujo al 60 por ciento o menos