La lucha de Jacqueline por la tuición de la hija de su ex mujer
Tras obtener la tutela provisoria afirmó en Cooperativa que "luché por algo y lo obtuve, es no destruir el lazo que tenemos nosotras".
"La niña al regresar a mis brazos, al hogar de ella, es la misma de siempre", declaró.
El cuidado provisorio es por 90 días, pero Jacqueline manifestó que "el lazo que hemos creado con María José ya no se rompe".
El Primer Juzgado de Familia de San Miguel determinó en febrero pasado que una niña de cinco años deberá quedar al cuidado provisorio de Jacqueline Díaz, la ex pareja de su madre, mujer que la cuidó durante casi toda su vida.
Este dictamen judicial reabrió el debate sobre adopción homoparental y Díaz, en conversación con Una Nueva Mañana de Cooperativa, reconoció que esta decisión "no lo tomo como triunfo, lo tomo como que luché por algo y lo obtuve, y en este caso, es no destruir el lazo que tenemos nosotras".
"Independiente de cómo ustedes lo toman, pierda o gane, para mí yo ya gané, porque si a mí no me dan la custodia definitiva, yo sí voy a tener derecho a ver a mi hija con visitas o viceversa", aseveró.
El cuidado provisorio es por 90 días, pero Jacqueline manifestó que "el lazo que hemos creado con María José (la niña) ya no se rompe. El lazo entre nosotras no se puede separar. Yo puedo tener la custodia y ella puede tener visitas con los papás, o viceversa. Solo la jueza puede determinar eso".
Las mujeres convivían juntas con la niña de casi un año, momento en que la madre biológica decidió irse de la casa y dejar a la menor al cuidado de su pareja. Casi cinco años después, el 22 de diciembre pasado, la madre biológica le pidió pasar la Navidad con la menor, con el compromiso de devolverla tres días después, lo que no ocurrió.
Tras esto, el tribunal le dio el cuidado provisorio de la niña a Jacqueline aludiendo a la "inestabilidad emocional" de la madre biológica. Luego del fallo judicial, Díaz expresó que "en definitiva se hizo justicia en el aspecto de que todo lo que hemos estado con María José desde el comienzo, que la hemos cuidado, la hemos visto crecer, la hemos visto desarrollarse como niña, había rendido frutos independiente de si tenemos lazos sanguíneos o no".
"Desde que nació me hice cargo de la niña (...) Cuidé también a otro de los hijos de ella por el transcurso de un año más o menos", sostuvo la mujer, añadiendo que "la niña no se cuestionaba mucho porque vive en un ambiente tan sano, con tanto amor. Le he explicado siempre a ella que tanto la mamá como el papá trabajan mucho y que está a mi cargo, y que yo también soy su otra mamá. Pero mayor cuestionamiento de ella no existe".
Además, declaró que "la niña al regresar a mis brazos, al hogar de ella, es la misma de siempre. Pensé que iba a ser proceso de lento de volver a adaptarse, pero no, fue casi automático (...) No me arrepiento de nada".