La columna de Pelotazo: De Belo Horizonte a Nueva Jersey

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Autor: Cooperativa.cl

Lo han dicho muchos técnicos: tras ser campeón viene el relajo y ante ello hay que reinventarse en el éxito.

Lo han hecho estos jugadores y la reinvención sigue siendo necesaria.

 AgenciaUno

Un día como hoy, hace dos años, Chile enfrentó a Brasil por los octavos de final de la Copa del Mundo. Era la tercera vez consecutiva que la "Roja" chocaba con el "Scratch" en esta fase mundialista (1998, 2010) y estaba el deseo de hacer valer la frase que aquella "era la vencida".

Noventa minutos, alargue con un travesaño que jamás se borrará de nuestra memoria y una tanda de penales que dio la victoria al local. Esa vez se repitió el ganador, pero nuestra selección dio más batalla. Las lágrimas de Gary Medel fueron las de millones de chilenos que veían una vez más como esa valla no era posible de superar.

La gracia en el fútbol, como en la vida, es saber levantarse cuando nos caemos. Chile lo hizo y para un desafío mayor: Jugar la séptima Copa América de local en busca del primer título para nuestras vitrinas.

Ecuador, México, Bolivia, Uruguay y Perú fueron las estaciones rumbo a la final con Argentina. Flashback. En 1955 el Sudamericano se jugó en nuestro país, y pese a ser un torneo todos contra todos, en la última fecha definieron el título rojos y albicelestes. Ganó 1-0 la visita.

Sesenta años después, con otro formato, se repetía el desafío. Noventa minutos con una jugada final de Lionel Messi, Ezequiel Lavezzi y Gonzalo Higuaín que dejó silenciado el Estadio Nacional, alargue y penales. Sí, de nuevo.

Chile nunca en su historia había ganado una tanda de penales y el destino le daba ese camino para levantar la primera copa. Goles de Matías Fernández, Arturo Vidal, Charles Aránguiz, atajada de Claudio Bravo a Ever Banega y tanto de Alexis Sánchez fueron necesarios para ser campeón. C-A-M-P-E-O-N.

La historia previa

Muchos de nuestros abuelos, padres, que hoy no están con nosotros, soñaron con ver a la "Roja" campeona de algo. Lo vieron desde el cielo. Ante ello podemos sentirnos afortunados: vimos en vida algo que demoró 99 años. Qué decir de nuestros hijos. Ellos nacieron en otra época. Para ellos los recuerdos comienzan con Marcelo Bielsa y ni siquiera tuvieron que sufrir con el Puerto Ordazo. ¿Qué maravilla no? De todas formas no está demás contarles cómo mascamos la rabia, de esa forma valorarán más lo que tenemos hoy.

Subcampeonatos de América en: 1955, 1956, 1979 y 1987; tercer lugar de Copa del Mundo: 1962; medalla de bronce en Sydney: 2000; octavos de final de Copa del Mundo: 1998, 2010, 2014.

Ese es un resumen simple, sólo contando el desenlace de las historias. Ya les conté cómo terminó lo de 1955 y sin intención de darles un mazazo en la cabeza les agrego el Mundial de 1982 con penal de Carlos Caszely incluido, el triste final del camino a Italia 1990, la suspensión de la FIFA, el gol de Ivica Vastic en 1998, la semifinal con Camerún de los Juegos Olímpicos en 2000, la clasificatoria casi completa a Corea-Japón 2002, todos los "azo" (dublinazo…). Y así…

Por lo mismo había que ser agradecidos de esa tarde del 4 de julio de 2015 en el Estadio Nacional. Por fin la victoria nos había abrazado y quizás cuándo viviríamos algo semejante de nuevo.

Otra vez la gloria

En 2016 aparecía la Copa América Centenario en el horizonte. Chile tenía nuevo técnico y algunas dudas sobre cómo se podría abordar este campeonato. Una derrota y un triunfo por Clasificatorias, y amistosos para el olvido, generaban dudas.

Juan Antonio Pizzi no convocó a Jorge Valdivia para el torneo, lo que terminó siendo una buena estrategia comunicacional, porque todos los medios centraron la discusión, el debate en eso, y el equipo trabajó con menos presión.

La derrota con Argentina en el debut aumentó la crítica, pero la selección respondió con victorias consecutivas ante Bolivia, Panamá, México y Colombia, donde de las individualidades se dio paso al juego colectivo. De nuevo en la final, de nuevo con los trasandinos.

De nuevo noventa minutos, de nuevo alargue (con una atajada memorable de Bravo a Sergio Agüero), de nuevo 0-0, de nuevo penales. Algunos protagonistas cambiaron. Chile no tenía al lesionado Matías Fernández, al expulsado Marcelo Díaz, ni al reemplazado Alexis Sánchez para lanzar. Sí estaban Arturo Vidal con Charles Aránguiz, donde el primero falló y el segundo mantuvo su efectividad desde los doce pasos. A ellos se sumaron Nicolás Castillo, Jean Beausejour, la atajada de Bravo a Lucas Biglia y el tanto definitivo de Francisco Silva, que nunca había tirado un penal.

Lo han dicho muchos técnicos en la historia: tras ser campeón viene el relajo y ante ello hay que reinventarse en el éxito. Lo han hecho estos jugadores y la reinvención sigue siendo necesaria por las nuevas vallas que se aproximan: las clasificatorias a Rusia 2018 y la Copa Confederaciones 2017.

Sigamos soñando en llegar más alto, no dejemos de soñar.