"He sido alcohólica la mitad de mi vida, más de 30 años"
Marisela, en tratamiento de rehabilitación desde marzo, brindó su testimonio a Cooperativa.
"Ha sido mucho el daño que he causado", confesó en Una Nueva Mañana.
"Bebía a escondidas, pensaba que mis hijos no se daban cuenta", relató la mujer, revelando que ahora ella misma teme que ellos puedan repetir su historia.
"La mitad de mi vida, más de 30 años". Ése es el tiempo que Marisela, una mujer de 65, madre de dos hijos, reconocer haber estado enferma de alcoholismo.
"Yo lo reconocí hace un buen tiempo atrás, pero no me atrevía a pedir ayuda, y en esta enfermedad uno no puede mejorarse solo, necesita ayuda", relató en conversación con Cooperativa la mujer, quien desde marzo de este año se encuentra en tratamiento de rehabilitación.
Marisela ofreció su testimonio en Una Nueva Mañana en el contexto de la campaña "Cuida tus límites, el alcohol te quita lo que más quieres", impulsada por el Senda y los ministerios de Salud y Transportes.
"Yo me inicié (bebiendo) en mi hogar, con mi pareja, los dos por igual: socialmente, los viernes, los festivos, después (consumía) en la semana, después vamos aumentando el consumo. Después empecé a emborracharme, a borrarme, y esto fue en aumento, progresivo. Tomábamos los dos y al final empecé a sufrir de violencia (...) Lo ocultaba, pensaba que (mi pareja) iba a cambiar y cada vez era peor", recordó la mujer.
Drama familiar
Marisela remarcó que, "con esta enfermedad, además de estar enfermo uno, se enferma el entorno, la familia".
"Esto provocó, por ejemplo, que yo perdiera las riendas de mi casa, que mi hija asumiera poco menos que el rol de mi mamá, entonces los pobres (hijos) sufren mucho, porque su mamá está, pero no está en condiciones. Yo bebía a escondidas, pensaba que mis hijos no se daban cuenta", confesó.
"Ha sido mucho el daño que he causado. Llevo más de 30 años; los pobres han sufrido" y todavía no creen que el tratamiento vaya a dar resultado, "porque fue tanto el periodo que les mentí -'ahora sí, nunca más, nunca más'- que todavía están expectantes", comentó Marisela, que dijo temer que ellos puedan seguir pasos.
"Gracias a Dios ninguno de los dos tiene problemas con el alcohol, pero para mí es una preocupación, porque yo desarrollé la enfermedad como a los 30 y tantos años y ellos están más o menos en esa edad. Yo también estoy preocupada de que no vayan a enfermarse, como yo", relató.
"Dejar de beber cuesta muchísimo"
Marisela también dio cuenta del "muy difícil" proceso que ha supuesto para ella decidir rehabilitarse del alcoholismo.
"En primer lugar, aceptar que estoy enferma, que necesito ayuda; después viene el paso de dejar de beber, que cuesta mucho, cuesta muchísimo, porque el organismo ya está acostumbrado y la mente juega muy malas pasadas. Después ya viene el trabajo de lograr la abstinencia", enumeró.
"Me costó mucho pedir ayuda, pero llegó un momento en que pensé: '¿Qué estoy haciendo con mi vida?', me metí a internet, busqué terapias para mujer alcohólicas en San Bernardo y encontré a Orion, que es una entidad maravillosa, donde hay un equipo que la contiene a uno desde que le abren la puerta. En este momento estoy con medicamentos para el trastorno del sueño, porque yo bebía en las noches. Yo decía que era 'para dormir'", apuntó.