Una mujer volverá a ser primera ministra británica después de 26 años
Theresa May y Andrea Leadsom disputarán por suceder a David Cameron.
Quien gane será la encargada de establecer la hoja de ruta de Londres para hacer efectivo el brexit.
Theresa May (i) corre como favorita tras obtener 199 votos mientras que Andrea Leadsom (d) sumó 84 apoyos.
Dos mujeres, la ministra de Interior, Theresa May, y la secretaria de Estado de Energía, Andrea Leadsom, fueron designadas este jueves por el grupo parlamentario del Partido Conservador británico como las únicas candidatas para ser la próxima líder de la formación y primera ministra del Reino Unido.
May obtuvo 199 de los 329 votos de los diputados y parte como favorita en un proceso de elección en el que ahora participarán por correo los 150.000 afiliados al partido -cuyo resultado se conocerá el 9 de septiembre-, mientras que Leadsom sumó 84 apoyos.
Ambas competirán por heredar el puesto de jefe de Gobierno que dejará vacante David Cameron cuando haga efectiva su dimisión, que anunció poco después de conocer la victoria del "brexit" en el referéndum del 23 de junio.
Cualquiera que sea la ganadora del proceso, el Reino Unido contará con una primera ministra por segunda vez en su historia, después de Margaret Thatcher, que lideró el Ejecutivo entre 1979 y 1990.
En la segunda ronda de votaciones para elegir al sucesor de Cameron quedó apeado este jueves el ministro de Justicia, Michael Gove, al recibir tan solo 46 votos, mientras que el exministro de Defensa Liam Fox y el titular de Trabajo y Pensiones, Stephen Crabb, se quedaron fuera el martes.
La aspirante que llegue a ocupar el número 10 de Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico, será la encargada de establecer la hoja de ruta de Londres para las negociaciones con Bruselas para cumplir con la voluntad del 51,9 por ciento de los votantes británicos que optaron por salir de la UE.
May defendió la permanencia en la UE
Como líder del Partido Conservador, la ganadora de este proceso deberá curar las heridas internas de una formación que ha quedado dividida entre aquellos que defendieron salir de la UE o continuar en Europa antes del referéndum.
"Esta votación demuestra que el Partido Conservador puede estar unido. Bajo mi liderazgo lo estará", dijo May, de 59 años, en un discurso a las puertas del Parlamento de Westminster.
"Necesitamos un liderazgo fuerte, capaz de negociar el mejor acuerdo con Bruselas para salir de la Unión Europea, unir a nuestro país y nuestro partido, y volver a hacer del Reino Unido un Estado que trabaja no solo para unos cuentos privilegiados, sino para todos nosotros", afirmó.
May, que en la campaña del referéndum defendió la permanencia en la UE, ha advertido de que si llega a ser primera ministra no tiene intención de activar, al menos hasta finales de 2016, el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia la cuenta atrás de dos años para romper con Bruselas.
Asimismo, May ha subrayado en los últimos días que la voluntad de los británicos que optaron por romper los lazos con Bruselas debe ser respetada y ha descartado cualquier intento para que el Reino Unido continúe formando parte de la UE.
Para la ministra debe ser una "prioridad" garantizar que las compañías británicas tengan acceso al mercado único, al tiempo que ha destacado que buscará poner límites a la libertad de movimientos de ciudadanos comunitarios en el Reino Unido.
Leadsom, a favor del "brexit, quiere un rápido "divorcio"
Leadsom, ex direciva bancaria de 53 años, ha adquirido peso en el partido haciendo campaña a favor el "brexit" en los últimos meses junto a Gove y el exalcalde de Londres, Boris Johnson, este último fuera de la carrera por el liderazgo por decisión propia.
Al contrario que May, Leadsom, con escaño en la Cámara de los Comunes desde 2010, ha indicado que activaría el artículo 50 tan pronto como llegue al despacho de Downing Street si es designada para suceder a Cameron.
Leadsom ha expresado que quiere que continúe la libertad comercial entre Londres y el resto del continente, si bien ha subrayado que uno de sus principales objetivos es limitar la inmigración, por lo que sus colaboradores cercanos han avanzado que buscará una "tercera vía" con Bruselas para tratar de garantizar ambos objetivos.