Rousseff apeló al Tribunal Supremo para anular juicio político que la destituyó
La petición también solicita que Michel Temer vuelva a ser presidente interino hasta que se realice un nuevo juicio.
Se argumentó que hubo irregularidades en el proceso.
Por 61 votos a favor y 20 en contra, el pleno del Senado destituyó a Rousseff definitivamente.
La defensa de la ex presidenta de Brasil Dilma Rousseff presentó un recurso ante el Supremo Tribunal Federal (STF) para solicitar la anulación del juicio político en el Senado que terminó con su destitución.
Según informó O Globo, en la apelación también se solicitó que Michel Temer, que ayer miércoles fue investido como nuevo mandatario, vuelva a ser presidente interino hasta que se realice un nuevo juicio, argumentando que hubo irregularidades en el proceso.
La solicitud dice que "en base a lo expuesto, se requiere, en primer lugar, la suspensión inmediata de los efectos (del Senado), consistente en la decisión de condenar (a Rousseff) por el crimen de responsabilidad".
El medio da cuenta que la decisión de solicitar la anulación del proceso venía siendo estudiada desde antes de conocerse la votación del Senado brasileño.
La apelación presentada este jueves por la defensa -que ha anunciado su intención de formular diversos recursos contra el proceso- exige de momento la anulación de esa votación, al menos hasta que la propia Corte Suprema se pronuncie sobre los principios legales en que se apoyó la condena.
Según la defensa, los cargos formulados contra Rousseff estaban basados en dos artículos de una ley en vigor desde 1950 en la que se definen los "delitos de responsabilidad" que pueden llevar a la destitución de un mandatario.
Ante ello, sostienen que esos artículos "no son compatibles" con la Constitución de 1988, que, desde su punto de vista, "no incorporó" plenamente el texto legal que los contiene, conocido como "Ley de Impeachment".
De esa manera, pide que el Supremo se pronuncie sobre la supuesta "incompetencia" e "ilegalidad" de los artículos de la ley de 1950 en que fundamentaron tanto la acusación como los 61 senadores que, con su voto, declararon culpable a la ex presidenta.
La demanda ha caído en manos del magistrado Teori Zavascki, quien no tiene un plazo legal para pronunciarse y deberá decidir si esa acción puede ser admitida y llevada al pleno de la Corte Suprema, cuyo presidente, Ricardo Lewandowski, dirigió la etapa final del juicio contra Rousseff, como garante constitucional del proceso.
Ayer miércoles, el pleno del Senado destituyó a Rousseff definitivamente por considerarla responsable de "crímenes de responsabilidad" por supuestas maniobras para maquillar las cuentas públicas.
La decisión automáticamente confirmó como nuevo presidente de Brasil a Temer, el vicepresidente que venía ejerciendo como interino desde el 12 de mayo y al que Rousseff se ha referido como líder de los golpistas.
División en la base aliada de Temer
La decisión inédita del Senado de aprobar el impeachment en contra de Dilma Rousseff, pero no inhabilitarla por ocho años como manda la Constitución, generó la primera división entre la base aliada de Michel Temer.
Para los analistas, la Cámara Alta y la Corte Suprema siguieron la Constitución al condenar a Rousseff por transgredir la ley de responsabilidad fiscal, pero por otro lado la rasgan, por mantener los derechos políticas de la destituida mandataria.
El presidente del Senado Renan Calheiros inició el conflicto, quien debe responder a nueve procesos que se encuentran en la Corte Suprema.
"No podemos dejar de juzgar, tenemos que hacerlo, pero no podemos malos (...) Mi voto es contrario a la inhabilitación", afirmó.
La actitud de Calheiros y de otros 10 parlamentarios del PMBD tuvo una reacción inmediata de Temer.
"El gobierno tiene que ser gobierno, cuando no concuerde con una posición del gobierno venga acá y converse para que tengamos una acción conjunta, pero lo que no puede ocurrir es que aliados nuestros se manifiesten en el plenario sin haberse comunicado con nosotros", indicó.