Jorge Zabaleta se sintió una víctima más del caso La Polar

El actor Jorge Zabaleta, quien fuera el rostro publicitario de La Polar en el momento en que estalló el escándalo de las repactaciones unilaterales, que afectó a un millón de clientes, afirmó haberse sentido una víctima más de la tienda.

"Lo pasé muy, muy mal. De hecho me fui, ni si quiera me quedé en Santiago (...) Finalmente me sentí una víctima de todo este tema, pero también era la cara de esto y debía asumir lo que tenía que pasar, que la gente la iba a agarrar conmigo hasta que apareciera otros rostros", señaló Zabaleta en una entrevista con la revista Sábado de El Mercurio.

El protagonista de "Sres. Papis" contó que el problema con La Polar también afectó a su familia: "Fue terrible, a mi hijo mayor lo molestaban en el colegio".

Visto el caso cinco años después, el artista reflexiona: "Siento que no tomé una decisión equivocada, sino que estaba trabajando con gente equivocada. He aprendido de la experiencia, no reniego de nada, uno tiene el derecho de ganarse la vida de la manera que uno estime conveniente".

"A la gerencia uno no la ve, yo trabajaba con la gente de marketing y se portaron increíble, me sacaron lo más rápido posible y renuncié. Hice lo que tenía que hacer. Y aprendí que promover un crédito no lo haría más", afirmó.

Vida personal

En la entrevista Zabaleta también se dio el espacio para hablar de su vida personal, señalando que, después de 23 años de relación, contrajo el Acuerdo de Unión Civil (AUC) con la diseñadora Francisca Allende.

"Asumí un compromiso con mi mujer desde que nos conocimos y ahora, que estoy más viejo, nos casamos por el AUC, por si me llega a pasar algo", indicó.

Explicó que no se quiso casar por el civil o la iglesia porque "no me gustan los rituales de ningún tipo. Para mí, el matrimonio es como una puesta en escena, la lista en la multitienda incluida".

Jorge también señaló que pretende concretar un proyecto este verano, desafío que se aleja de su carrera en la actuación, ya que desea abrir un hotel en San Pedro de Atacama con 10 habitaciones.

"Así como hay actores que les gusta construir teatros, yo quiero un lugar donde la gente pueda estar relajada y mostrarle la magia de San Pedro. Soy muy feliz allá y, de hecho, es mi proyecto de vida. No sé si será un buen negocio, dudo de que de que alguna vez logre recuperar todo lo que he invertido en años pero no es un tema de plata", indicó.