Alejandro F. Almendras compite en Donostia con film "que responde a la realidad"
El cine chileno desembarca en el Festival de San Sebastián con siete películas.
El director presentará "Aquí no ha pasado nada".
La cinta compite en la sección "Horizontes Latinos" de San Sebastián.
El cine chileno desembarca en el Festival de San Sebastián con siete películas y un denominador común: la inspiración en hechos reales. Pero Alejandro Fernández Almendras va más allá con "Aquí no ha pasado nada", un filme que "responde a la realidad".
"Esta película nunca buscó ser una 'buena película', quiso ser una película verdadera", que muestra cómo "el capitalismo neoliberal en Chile ha producido muchísima maldad", explica a Efe Almendras sobre un filme inspirado en un hecho que provocó una gran reacción en la sociedad chilena.
Fue en 2013, cuando el hijo del senador Carlos Larraín, que fue absuelto tras ser juzgado por homicidio al ser el conductor del coche que causó un accidente mortal.
En Chile "el caso fue supercomentado, superdiscutido, generó una ola de indignación porque fue muy evidente la manipulación de la Justicia", señala Almendras, un director que participó en la Berlinale con "Lo que trae la lluvia" (2007) y ganador del Gran Premio del Jurado de Sundance por "Matar a un hombre" (2004).
La Justicia no funciona en Chile y hay muchos casos de impunidad debido a una clase social que ostenta el poder político y económico y a la que el realizador radiografía en su película.
El caso en el que se basa la película "es una consecuencia lógica de cómo funcionan" las cosas en Chile, asegura Almendras.
Al comenzar a preparar el proyecto, con el que compite en la sección "Horizontes Latinos" de San Sebastián, el realizador decidió evitar hacer una película clásica sobre la Justicia, de contraposición de los buenos y los malos, y optó por hacer algo más ambiguo.
"No hay culpables ni malvados. No hay buenos y malos. Quería mostrar esa enorme zona gris que existe porque el sistema funciona mal y de la que hay personas que se benefician y otros son perjudicados", precisa.
Una situación muy evidente en un país como Chile, "muy injusto, muy clasista y con una enorme segregación que genera violencia".
Protagonizada de forma muy convincente por Agustín Silva -hermano del realizador Sebastián Silva-, "Aquí no ha pasado nada" cuenta cómo Vicente conoce a un grupo de jóvenes de su edad, pero de una clase social superior. Se va con ellos de fiesta y durante la noche se produce un accidente del que todos le culpan pese a que es inocente.
Una película, insiste el realizador, que no responde a una necesidad cinematográfica sino a una necesidad de realidad. "La aceptación es mucho más común que la rebelión", asegura Almendras al justificar el comportamiento del protagonista pero de la mayor parte de las personas, que en la vida "somos más serviciales de lo que nos gustaría".
Y una historia que se une a la tendencia de los últimos años del cine chileno, que ha optado por hablar de la realidad en respuesta al movimiento social que protagoniza la sociedad chilena.
Aunque Almendras reconoce que no es el único cine posible, pero sí el que le ha movido hasta ahora como cineasta.
Pero su próxima película será mucho más personal y para ello ha decidido que la rodará fuera de Chile.
"Cuando hago una película en Chile lo social se me mete por todas partes. Porque yo me pasé diez años fuera -fue periodista de la Agencia Efe en Nueva York- y a mi vuelta nunca me adapté a la injusticia social de mi país. Por eso, haga lo que haga me termina saliendo", señala.
Puede, agrega, que los realizadores "sintamos que la realidad latinoamericana nos agobia en cierto punto".
Esa puede ser la razón de que muchos cineastas latinoamericanos se vayan fuera de sus países a trabajar, reflexiona Almendras. "Mostrar la violencia conduce siempre a lo falso", afirma al tiempo que señala que los vídeos de los actos salvajes del Estado Islámico han provocado "una alteración simbólica del cine".
"Son videos de actos de realidad con forma de ficción. Reproducen lo irreproducible mecánicamente, que es la muerte y eso destruye la noción de realismo".
Esa puede ser una de las razones, opina, de que la realidad se esté mostrando ahora de maneras diferentes y menos crudas que en los últimos años, como ocurre con "Aquí no ha pasado nada", que es la candidata chilena a los premios Goya.