Ocho presos murieron en enfrentamiento con la policía tras huir de cárcel en India
Pertenecían a la organización integrista Movimiento Islámico de Estudiantes de la India, prohibida desde 2001 por las autoridades por su carácter radical.
"Por la manera en la que mataron a un guarda e hirieron a otro, probablemente estaban tramando un ataque terrorista", dijeron desde el gobierno.
Cuatro meses antes, la mitad de los menores internados en un reformatorio del norte del país se fugaron.
Ocho miembros de la ilegalizada organización fundamentalista Movimiento de Estudiantes Islámicos de la India (SIMI) murieron este domingo en un enfrentamiento con la policía, tras escaparse de una prisión del estado de Madhya Pradesh, en el centro del país.
"Los detalles del suceso se harán públicos pronto. Por la manera en la que mataron a un guarda e hirieron a otro, probablemente estaban tramando un ataque terrorista", dijo en una conferencia de prensa el jefe de Gobierno de la región, Shivraj Singh Chouhan.
Singh señaló que la operación para capturar a los fugitivos comenzó a las 04:00 hora local (17:30 hora de Chile) y concluyó siete horas más tarde con el abatimiento de los ocho presos por parte de las tropas indias.
La fuga de los miembros del SIMI, que mataron a un guarda de la prisión e hirieron a otro durante su huida, supone una "negligencia criminal" por parte de las autoridades y será investigada por la Agencia Nacional de Investigación (NIA), advirtió Singh.
Los ocho fugitivos pertenecían a la organización integrista Movimiento Islámico de Estudiantes de la India, prohibida desde 2001 por las autoridades por su carácter radical.
Las fugas, en muchos casos masivas y llevadas a cabo mediante técnicas básicas, no son infrecuentes en los centros penitenciarios y reformatorios del gigante asiático.
El pasado año, dos reclusos escaparon de la prisión de máxima seguridad de Nueva Delhi tras saltar un muro situado en una zona de rezo para musulmanes y excavar un túnel.
Cuatro meses antes, la mitad de los menores internados en un reformatorio del norte del país se fugaron del centro utilizando sábanas atadas para saltar un muro de unos doce metros de altura.