Presidenta surcoreana aceptó ser investigada por escándalo de corrupción
Park Geun-hye mantuvo 10 días de silencio en medio del mayor escándalo político de los últimos años.
Una amiga de la mandataria está siendo investigada por presuntamente haberse apropiado fondos públicos e influir en la política del país.
El caso ha generado una fuerte indignación entre los surcoreanos, que han pedido en manifestaciones multitudinarias la dimisión de Park.
La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, afirmó que aceptará someterse a una investigación de ser necesario en el caso de presunta corrupción y tráfico de influencias por la supuesta injerencia de una amiga cercana en asuntos de Estado.
"Haré todo lo que pueda para cooperar si es necesario. Aceptaré una investigación", afirmó la jefa de Estado en un discurso público televisado por las principales cadenas del país, tras 10 días de silencio en medio del mayor escándalo político de los últimos años.
Park ofreció "sus más sinceras disculpas" a los ciudadanos de Corea del Sur por verse en el centro de este escándalo.
"Me he cuestionado incluso por qué he llegado a ser presidenta. Me siento devastada. Me rompe el corazón haber causado dolor", expresó la jefa de Estado.
Park relevó los pasados días al primer ministro, así como a su jefe de gabinete y tres secretarios, en un intento de responder al enorme revuelo generado en el país por el popularmente denominado caso "Choi Soong-sil".
Choi Soong Sil es una mujer de 60 años, amiga íntima de la presidenta, que está siendo investigada por presuntamente haberse apropiado fondos públicos e influir en la política del país a pesar de no tener cargo público alguno.
El caso ha generado una fuerte indignación entre los surcoreanos, que han pedido en manifestaciones multitudinarias la dimisión de Park, al creer que delegó importantes decisiones sobre políticas de Estado en una persona desconocida.
El nuevo anuncio llega diez días después de que la presidenta pidiera perdón públicamente por primera vez tras descubrirse que Choi había editado varios de sus discursos con días de antelación, algo ilícito al tratarse de información confidencial.