OCDE mejoró perspectiva de crecimiento de Chile para este año
Organismo situó la cifra en 1,7 por ciento, dos décimas más que el anterior informe.
La organización mantuvo su previsión para 2017 en 2,5 por ciento y pronosticó para 2018 un crecimiento de 2,6 por ciento.
A partir del año próximo desaparecerán los frenos que han contenido la economía chilena este año, sostuvo la OCDE.
La economía chilena crecerá este año un 1,7 por ciento, según las perspectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicadas este lunes, dos décimas más de lo que la organización había augurado en su anterior informe publicado en junio.
El organismo mantuvo su previsión para 2017, que es de un crecimiento del PIB del 2,5 por ciento, mientras que dio por vez primera su pronóstico para 2018, que situó en el 2,6 por ciento.
En su nuevo informe semestral de perspectivas, la organización que agrupa a las economías más desarrolladas del planeta señaló que a partir del año próximo desaparecerán los frenos que han contenido la economía chilena este año, como la caída de los precios de las materias primas y de la demanda externa.
Las empresas chilenas exportarán más porque han ganado en competitividad y también porque se ha notado una mejora en los países compradores, indicó la OCDE.
Esa mejora en las ventas impulsará la inversión y el consumo interno, lo que estimulará la economía y hará disminuir la tasa de cesantía, que para este año se prevé que acabe en el 6,5 por ciento, para pasar al 6,4 por ciento en 2017 y el 6,2 por ciento al año siguiente.
Eso supone un cambio de tendencia con respecto a sus previsiones de junio, cuando auguraban un desempleo del 6,8 por ciento en 2016 y del 6,9 por ciento en 2017.
Otros factores a considerar
La organización apuntó, sin embargo, que ese crecimiento está condicionado por dos factores: que se mantenga la evolución de los precios de las materias primas y que las economías de los socios comerciales de Chile se recuperen según sus previsiones.
En particular, la OCDE indicó que la economía china y la de los vecinos latinoamericanos o unas condiciones financieras mundiales volátiles podrían incidir en la demanda externa.
Además, el crecimiento podría también verse debilitado si persiste la actual incertidumbre que pesa sobre el sector empresarial o si sigue siendo lenta la evolución del comercio.
En el otro extremo, si se recuperan los precios del cobre que han contribuido a frenar el crecimiento este año, en los dos próximos años se produciría un estímulo económico que mejoraría la confianza y la inversión, lo que permitiría al Gobierno reducir su déficit presupuestario.
La OCDE señaló que "las nuevas medidas destinadas a aumentar la competitividad y la productividad podrían mejorar el clima de negocios más de lo que se suponía".
La inflación, por su parte, sigue ligada a la evolución de los tipos de cambio de divisas y a los precios del petróleo.
Mientras la política monetaria, con un tipo de interés del 3,5 por ciento, sigue apoyando el consumo, "las recientes medidas para mejorar la competitividad y fortalecer la inversión pueden ayudar a diversificar la economía y apoyar un crecimiento más sostenible", afirmó la OCDE.
Pero la organización también advirtió de que "queda mucho por hacer para disminuir las desigualdades".