Comentario de Cine: "Rogue One"

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Autor: Cooperativa.cl

La película debutará este jueves 15 de diciembre en Chile.

Se extiende por dos horas y 13 minutos.

Lo importante aquí es el proceso, porque sabemos desde 1977 lo que sigue y tenemos claro cómo termina esta historia particular. Por eso lo relevante es cómo se desarrolla y cómo es capaz de impregnarse de un espíritu que hasta ahora se había revitalizado hasta cierto punto con "Star Wars: The Force Awakens", pero ahí no terminaba de sentirse sincero. Porque quizás la primera exposición que tuvimos el año pasado al "Episodio VII" dejó satisfechos a muchos, al ver ese material añorado por largo tiempo en el cine, de hecho me incluyo entre ellos; pero visionados posteriores dieron cuenta de que siempre faltó algo, una ausencia que penaba. Ese detalle, esa sensación, finalmente esas emociones, es lo que definitivamente entrega "Rogue One".

Esto era lo que esperábamos el 2015 y que no llegó en esta otra forma tan pulida, con una maquinaria ajustada al universo que conocimos en la primera trilogía. Aquí el argumento no depende de la aparición en pantalla y la interacción de esos personajes icónicos conocidos, a modo de requerimiento ineludible. Esta película tiene vida propia. "Rogue One" ejecuta una historia que sólo conocíamos como referencia en el texto inicial de "Una Nueva Esperanza", el robo de los planos de la Estrella de la Muerte, pero ahí está su frescura: presentarnos personajes y situaciones que hasta ahora eran sólo una anécdota en el canon de la saga. Los héroes logran generar empatía, incluso por ganchos mínimos que se establecen a través de sus intervenciones; así como los villanos tienen momentos terroríficos. Todo encabezado por un sólido desfile por la pantalla de Felicity Jones, que deja atrás los papeles más dramáticos e íntimos, para derechamente convertirse en artífice de la acción.

Las referencias nostálgicas aquí están presentes a modo de estética, sonidos, uno que otro diálogo y encuentros fortuitos, inesperados. Todo esto se siente impregnado de manera natural en un drama bélico, adulto, rudo, con unos cuantos giros interesantes y que no se queda corto en violencia o acción.

La agitación en la cámara ayuda al ritmo, de la mano con la fotografía imponente y un diseño colorido. Eso se nota, al igual que la banda sonora, que a pesar de no forjar una identidad melódica característica, como sucede en otras películas de "Star Wars", marca una presencia incluso más evidente que las composiciones en "The Force Awakens". Detalle curioso, al ser la primera de la franquicia que no pertenece a John Williams. El mérito es de Michael Giacchino ("Up", "Doctor Strange"), quien en menos de un mes tuvo que componerla, para llenar ese vacío que dejó Alexandre Desplat, tras abandonar la producción al borde del estreno.

Hay aspectos que se sienten un poco incómodos como el horrendo cartel para el título, la acelerada presentación de planetas a través de textos, el uso de imágenes computarizadas en momentos particulares, un peligroso coqueteo con la cursilería o la inclusión de dos personajes que sí parecen un poco forzados. Y, claro, puede que algunos la sientan poco arriesgada, al ubicarse cronológicamente entre "La Venganza de los Siths" (2003) y "Una Nueva Esperanza" (1977), fuera de la historia principal y, por lo mismo, permanece en la comodidad de no tener responsabilidad en el futuro narrativo de la saga. Pero son manchas que no logran opacar las dos horas y 13 minutos, que ni siquiera se sienten.

"Rogue One" se da el lujo de combinar géneros y sobrevivir a ello. Del drama familiar al western y de ahí a la guerra; de las artes marciales a una película de asalto. Y sale bien parada de esos riesgos, porque a pesar de las refilmaciones y otros de sus traspiés es coherente con lo que propone en el universo "Star Wars". Con un tercer acto trepidante en dos frentes, que aún así te deja digerir los momentos álgidos (al contrario de "The Force Awakens"), y contando con lo preciso para que todo se conecte adecuadamente, "Rogue One" es un blockbuster que te deja una inevitable sonrisa para los créditos de cierre y varias horas más.