Los discursos de los reos de Punta Peuco que hoy pidieron perdón por sus crímenes
Diez condenados por violaciones a los derechos humanos intervinieron en la ceremonia ecuménica realizada al interior del recinto penitenciario.
Admitieron haber causado dolor, pero también recordaron que lo hicieron cumpliendo órdenes.
Varios hicieron llamados a la reconciliación nacional.
Uno de los reos pide "ser perdonado por quienes les produje dolores y zozobras en los momentos que participé en la implementación de políticas de seguridad pública".
Durante la jornada de este viernes 10 condenados por violaciones a los derechos humanos pidieron perdón en un acto realizado en el penal de Punta Peuco.
En el acto ecuménico, donde los testimonios fueron entregados según las jerarquías castrenses de la época en que ocurrieron los crímenes, intervinieron Raúl Iturriaga, Claudio Salazar, Carlos Herrera, Basclay Zapata, Enrique Ruiz, Pedro Hormazábal, Miguel Estay y José Zara, mientras que familiares representaron a Marcelo Castro y Manuel Carevic.
Solo cuatro de ellos pidieron perdón de manera explícita y accedieron a que se reveleran sus textos, mientras que el resto dio un mensaje de tenor más religioso.
"Ya pedí perdón, sin obtenerlo"
Frente a los presentes -incluidos los sacerdotes católicos Fernando Montes y Mariano Puga- Claudio Salazar, quien es testigo de Jehová, expresó: "Soy uno de los tres internos que más tiempo ha permanecido preso. Decir que mi vida aquí ha sido color rosa sería mentir, pero tampoco tan terrible".
"En este largo recorrido penitenciario he visto y vivido muchas cosas, una buenas y otras no tanto. Sin embargo, el momento que ahora nos convoca es inédito y de mucha profundidad, pese a que ciertos sectores militantes se han encargado de denostarlo. Perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen", dijo Salazar aludiendo a las protestas de organizaciones de derechos humanos frente a esta suerte de "misa de perdón".
"Alcancé a ser carabinero por más de veinte años y, desde luego, alguna acción realicé que produjo dolores innecesarios a las personas que debía proteger. Respecto de la solicitud de perdón acerca de mi delito por el cual permanezco preso, ya la hice sin obtenerlo de sus destinatarios".
"Padre Jevová, te pido de corazón que sepas perdonar mis pecados cometidos; sé que en tu infinita bondad lo harás depositándolos en el fondo del océano más grande y desde ya te doy gracias por ello. Te pido además que, con tu infinito poder, cambies aquellos corazones duros que, con razón o sin ella, nos detestan sin darnos cabida en la sociedad", declamó.
"No hice más que cumplir órdenes de mis superiores"
A su turno Basclay Zapata, católico, leyó: "Siendo cabo de Ejército serví en la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Allí cumplí órdenes militares, poniendo especial celo en su ejecución porque pensaba que tales órdenes eran legítimas, y en aras del bien superior de la Patria. Con el tiempo constaté que ello no era así".
"Mis superiores no ratificaron sus órdenes y he sido, lamentablemente, condenado como parte de la 'cúpula' de DINA. Como sí yo hubiera sido parte de la planificación, dirección y control de las operaciones antisubversivas. Créanme que por largo tiempo me sentí defraudado, desamparado y engañado, ¿por qué debía sufrir todo aquello si no hice más que cumplir órdenes militares de mis superiores?", reflexionó.
Zapata también se comparó con San Pablo: "Al igual que el Santo, equivocadamente pensé que mis actos eran en cumplimiento irrestricto de la ley. Entonces, creo necesario pedir ser perdonado por todos esos dolores, zozobras que produje en el cumplimiento de lo que creí era mí deber. Hago extensivo este ofrecimiento de disculpas a mi esposa, hijos y nietos que también y sin duda, han sufrido muchísimo", expresó.
El ex agente llamó a que esta petición de perdón "toque el corazón de las personas dañadas y logren entender -aunque difícil- todo lo sucedido, y que lamento como el que más".
"Por un Chile en paz, unido y reconciliado"
En tanto, Pedro Hormazábal, evangélico, declamó: "Desde lo más profundo de mi corazón ofrezco disculpas y pido ser perdonado por los dolores que pude haber causado a mis connacionales en el ejercicio de mis funciones policiales mientras estuve en servicio activo".
Además, abogó por "un Chile en paz, unido y reconciliado", indicando que "es el momento de quebrantar pacíficamente estos cerrojos de hierro que nos tienen cautivos de una dolorosa realidad que nunca quisimos".
También llamó a las "autoridades nacionales" a "lograr pronta solución definitiva a este grave conflicto que se arrastra por más de treinta años, único camino para lograr el reencuentro entre los chilenos, primer paso para alcanzar la necesaria reconciliación nacional".
"Me disculpé con la familia de la víctima y tuve acogida"
Carlos Herrera Jiménez, anglicano, señaló: "Con seguridad no he terminado de reconciliarme con mis connacionales, pues más de alguien pudo haber quedado dolido tras mi accionar en los servicios de seguridad".
"Y también produje grandes dolores a mi familia, que han sufrido lo indecible por esta situación, sumándose a ello discriminaciones laborales con mis hijos, y escolares en el caso de uno de mis nietos. Mi madre murió esperando verme liberto".
"Entonces, y desde esta tribuna, sinceramente pido ser perdonado por quienes les produje dolores y zozobras en los momentos que participé en la implementación de políticas de seguridad pública en el gobierno militar, y en el caso de la familia, perdón por los malos momentos", señaló.
"Acerca del delito por el cual estoy preso, en el año 2000, me disculpé con la familia de la víctima, teniendo -Dios mediante- buena acogida", sentenció.