Embajador japonés abandonó Seúl tras polémica por estatua de esclava sexual

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Autor: Cooperativa.cl

Yasumasa Nagamine volvió a Japón en protesta por la colocación de una estatua en homenaje a las esclavas sexuales.

Cónsul general de Japón en Busan, Yasuhiro Morimoto, también abandonó Corea del Sur.

 EFE

La escultura es la segunda de este tipo colocada frente a misiones diplomáticas de Japón en Corea del Sur.

El embajador japonés en Corea del Sur, Yasumasa Nagamine, volvió este lunes a Japón en protesta por la colocación de una estatua en homenaje a las esclavas sexuales en frente del consulado japonés en la ciudad surcoreana de Busan.

Como resultado del fuerte encontronazo diplomático entre los dos países vecinos, el cónsul general de Japón en Busan, Yasuhiro Morimoto, también abandonó Corea del Sur este lunes, sin embargo, ambos podrían quedarse en Japón alrededor de una semana, según fuentes diplomáticas citadas por la agencia Kyodo.

Al dejar el país, Nagamine declaró a los medios nipones que la instalación de la estatua era "muy lamentable" por lo que volvía "a casa".

El Gobierno japonés decidió el pasado viernes llamar a consultas a su embajador en Seúl en protesta por la instalación la semana anterior de la polémica estatua por una organización civil tras la aprobación del gobierno local.

La escultura, la segunda de este tipo colocada frente a misiones diplomáticas de Japón en Corea del Sur, representa a una niña descalza vestida con el traje tradicional surcoreano, y simboliza a las víctimas de abusos sexuales cometidos por las tropas niponas.

Historia de las esclavas sexuales

Se calcula que unas 200 mil niñas y adolescentes -la mayoría coreanas- fueron víctimas de estos abusos desde los años treinta del siglo pasado y, sobre todo, al final de la II Guerra Mundial.

El conflicto de las esclavas sexuales, llamadas eufemísticamente "mujeres de confort", ha causado en las últimas décadas frecuentes roces entre Corea del Sur y Japón, y se ha convertido en el principal escollo en sus relaciones bilaterales.

Los gobiernos de ambos países firmaron a fines de 2015 un acuerdo para dar por zanjado el asunto, que contempla las disculpas oficiales de Japón y una compensación económica de 1.000 millones de yenes (unos 8,1 millones de euros) para restaurar "el honor y la dignidad" de las víctimas.

La instalación de la estatua responde ahora a la protesta de ciertas organizaciones de apoyo a las víctimas, que se opusieron a dicho pacto al considerarlo insuficiente.