Presidente palestino pidió a Trump que no mueva la embajada de EE.UU. a Jerusalén
Llevar la sede a la capital que disputan Israel y Palestina tendría graves consecuencias para el proceso de paz, escribió Mahmud Abás.
Promesa de campaña del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, se interpreta como signo de aceptación de la ocupación israelí.
Ningún país tiene su embajada en Jerusalén y todas se ubican en Tel Aviv o localidades cercanas.
El presidente de Palestina, Mahmud Abás, escribió una carta al presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, pidiendo que no cumpla su promesa de trasladar la embajada estadounidense desde el Aviv a Jerusalén, ciudad reclamada como capital tanto por Israel como por palestinos.
Esta decisión, advierte en su misiva, tendría consecuencias desastrosas para el proceso de paz con los israelíes, la viabilidad de la solución de dos Estados y la estabilidad y seguridad de toda la región, según informó este lunes la agencia oficial palestina Wafa.
Durante su campaña electoral, Trump anunció que trasladaría la embajada del país a Jerusalén, una decisión que sería interpretada como la aceptación por parte de Washington de la ocupación israelí de la parte palestina de la ciudad.
Abás, que la semana pasada aseguró que mover la embajada supondría una "agresión" y cruzar una "línea roja" inaceptable, envió textos similares pidiendo ayuda a las autoridades de Rusia, China, Francia, Alemania, Reino Unido, de la Unión Europea, al Movimiento de los No Alineados, de la Liga Árabe, de la Unión Africana y de la Organización de Cooperación Islámica.
Uno de sus asesores, Mahmud al Habash, se expresó calificó el posible traslado de la legación diplomática como una "declaración de guerra a los musulmanes" y el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, Saeb Erekat, advirtió que "si hace lo que ha dicho, tendremos que dar por muerto el proceso de paz".
Actualmente, ningún país tiene su embajada en Jerusalén y todas se ubican en Tel Aviv o localidades cercanas, ya que, si bien Israel la considera su capital, la comunidad internacional rechaza la ocupación y posterior anexión de la parte este de la ciudad.