La columna de Pelotazo: La sexta será la vencida
Eduardo Vargas firmó por Tigres de México en lo que será una nueva chance de brillar en una liga competitiva.
Será compañero del francés André-Pierre Gignac.
Hace seis años Eduardo Vargas fue bicampeón con Universidad de Chile y campeón de la Copa Sudamericana. En el torneo internacional, además, fue el goleador con 11 tantos.
De ahí en adelante su vida futbolística tuvo alegrías sólo a nivel selección. Bicampeón de América con Chile y goleador de aquellos campeonatos. Ya está entre los cuatro goleadores históricos de la Roja.
En los clubes, sumó cinco estaciones posteriores a la "U" que ya las querría cualquier jugador en el mundo. Por eso me da risa cuando algunos hinchas en redes sociales plantean que les hubiera gustado ver al delantero en "una liga más competitiva que la mexicana". Repasemos.
- Calcio Italiano. Llegó al Napoli en 2012.
- Brasileirao. Firmó por Gremio en 2013.
- Liga española. Jugó en el Valencia en 2014.
- Premier League. Llegó al Queen Park Rangers en 2014.
- Bundesliga. Firmó por Hoffenheim en 2015.
Como para no creerlo. Cinco de las ligas más importantes del mundo acogieron al "Edu", pero el chileno no fue capaz de establecerse. Barreras como el idioma en algunos casos o el bajo nivel lo fueron relegando en los planteles y así fue cambiando de camisetas.
¿Bajo nivel preguntará alguien? Claro que sí. Cómo explicamos a los hinchas de los cinco clubes antes nombrados que casi sin jugar en sus equipo se ponía la "roja" y anotaba goles en Mundiales, Eliminatorias y Copas América. Por momentos daba para pensar que estábamos en presencia de dos futbolistas distintos.
Vargas es un gran jugador y por ello ahora Tigres de México se fijó en él. Una nueva oportunidad en su carrera en el extranjero para demostrar que el atacante de la selección chilena es el mismo que juega en los equipos.
Tendrá de compañero en la delantera al francés André-Pierre Gignac y los medios mexicanos hablan que será la mejor dupla del continente. Habrá que verlo. Lo cierto es que las oportunidades no son eternas, y a sus 27 años, Eduardo debe demostrar que la sexta será la vencida.