Iglesia paraguaya pidió perdón por ofensas y pecados cometidos contra la mujer
"Nuestro Padre Dios derrama lágrimas al ver a sus hijas abusadas y maltratadas", dijo el arzobispo Edmundo Valenzuela.
Destacó las "virtudes" promovidas por el mundo femenino.
En la instancia el arzobispo tuvo una mención especial para las madres.
El arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, pidió perdón este miércoles, con motivo del Día Internacional de la Mujer, por las "ofensas y pecados" cometidos contra las mujeres, como la violencia intrafamiliar, sexual y cultural, y llamó a un cambio de mentalidad y trato hacia ellas.
"Les pedimos perdón por las ofensas y pecados cometidos, por la violencia intrafamiliar y por los diversos episodios de violencia sexual y cultural", dijo Valenzuela en una carta publicada en la página web del arzobispado.
"Creemos que nuestro Padre Dios derrama lágrimas al ver a sus hijas abusadas y maltratadas. Esas lágrimas son para nosotros varones un llamado muy fuerte a un cambio de mentalidad y de trato. No más mujeres que sufran atropellos a su dignidad, no más explotación y comercio sexual, no más violencia hacia alguna mujer", añadió.
El arzobispo de Asunción señaló que desde la Iglesia paraguaya comparten "las angustias y tristezas por las situaciones de sufrimiento, marginación, explotación que experimentan muchas mujeres de nuestra sociedad y de nuestra Iglesia".
En ese sentido, Valenzuela destacó las "virtudes" promovidas por el mundo femenino, "como son la vida, el amor, el sacrificio generoso, la libertad y la justicia, la fe y la esperanza, mediante la educación y las experiencias de las relaciones humanas".
El arzobispo tuvo una mención especial para las madres, quienes "engendran la vida y mantiene unidas a las generaciones", por lo que son "preciosas y reconocidas por el cariño entrañable de los hijos e hijas en cada hogar".
También mencionó a las mujeres solteras, quienes a su juicio "han hecho un don de sí en el cuidado de sus padres ancianos o enfermos, son ejemplos de caridad".
Por último, Valenzuela también se refirió a las monjas, quienes han optado por la vida religiosa para "vivir al servicio de todos".
Para todas, el arzobispo expresó su "admiración y alabanza" debido a que "derriban muros de la indiferencia para construir puentes de encuentro y cercanía en los niveles de la vida social, cultural y religiosa"