Felipe Berríos: "La verdadera corrupción es la desigualdad social"

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Autor: Cooperativa.cl

El sacerdote jesuita hizo un crítico análisis de la contingencia: "No tenemos un proyecto país, no sabemos qué queremos".

 ATON (Archivo)

El sacerdote jesuita Felipe Berríos analizó la percepción de la corrupción en Chile, los desafíos que enfrenta el país en este año de elecciones presidenciales y a la sacralización de sacerdotes que es, a su juicio, un "caldo de cultivo para abusos de poder".

Desde el campamento Luz Divina VI, en el sector La Chimba de Antofagasta, donde vive voluntariamente hace dos años -en una situación de extrema pobreza y sin servicios básicos- Berríos aseguró que el sistema chileno es corrupto y ello ha sido avalado por años.

"Creo que teníamos un sistema corrupto. Yo creo que la verdadera corrupción de Chile es la desigualdad social. (...) Yo no creo que sean corruptos los que se han señalado con el dedo, eran parte de un sistema que todos avalábamos o que no conocíamos", opinó el sacerdote en una entrevista con El Mostrador.

"La plata era para financiar los partidos. Teníamos partidos políticos, que son un bien básico clave para la sociedad, pero nunca se nos había ocurrido financiarlos porque pertenecían a una élite", comentó.

"No tenemos un proyecto país"

Respecto a los desafíos que enfrenta el país, sobre todo en este año de elecciones presidenciales, Felipe Berríos dijo que Chile no tiene un rumbo claro y eso es lo primero que hay que definir.

"No tenemos un proyecto país, no sabemos qué queremos. Eso es lo que se echa de menos ahora. Porque si te metes en las AFP, o en la educación, o en la salud, van a ser siempre parches hasta que no digas qué tipo de sociedad queremos. (...) Todos los problemas concretos que tenemos se van a ir resolviendo si vemos qué tipo de sociedad queremos construir", opinó.

"La sacralización crea a los Maciel, los Karadima"

Berríos repudió además la "sacralización" de otros sacerdotes, principalmente por parte de la élite conservadora católica, pues "es un caldo cultivo para abusos de poder, para que salgan obispos o curas prepotentes".

"Eso es distinto a la figura del Evangelio y a la Iglesia que a mí me educó y que a mí me cautivó. Les tengo miedo a esas sacralizaciones, porque así se crean los Maciel, los Karadima", concluyó el religioso.