Crece temor internacional a que estalle tensión en península coreana
Posibilidad de que Corea del Norte realice un ensayo nuclear enciende las alarmas en la zona.
Comunidad internacional llamó a retomar el diálogo y "no dejar que las cosas evolucionen hasta un punto irreversible".
Soldados estadounidenses realizan maniobras militares conjuntas con Corea del Sur en respuesta a un hipotético ataque de Corea de Norte.
La posibilidad que Corea del Norte realice en las próximas horas un ensayo nuclear, tras las últimas demostraciones de fuerza de Estados Unidos, ha aumentado el temor de la comunidad internacional a que estalle una guerra en la península coreana.
"Si hay una guerra, el resultado será una situación en la que todos perderán y nadie resultará ganador", aseguró este viernes el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, tras advertir de que quien la provoque "deberá asumir sus responsabilidades históricas y pagar el precio".
El llamado a la contención de China, principal aliado del régimen norcoreano, llega tras la alarma generada por la posibilidad de que Corea del Norte realice su sexta prueba atómica, pues imágenes mostradas la última jornada de su base nuclear indican que el Ejército estaría listo para realizar una nueva detonación.
Según expertos, el régimen de Kim Jong-Un podría realizar el test el sábado, en coincidencia con las celebraciones del "Taeyangjeol" ("Día del sol"), el cumpleaños del fundador del país y abuelo del actual líder, Kim Il-Sung.
"EE.UU. ha llevado la situación al borde de la guerra"
Corea del Norte, que no ha confirmado ni desmentido tal posibilidad, criticó con dureza a EE.UU. por desplegar "activos nucleares masivos", tras el envío de un portaaviones a la zona, lo que puede llevar a "una guerra termonuclear en cualquier momento y suponer una seria amenaza para la paz y seguridad mundial".
"EE.UU. ha introducido en la península coreana, el punto más caliente del mundo, activos nucleares masivos, amenazando seriamente la paz y la seguridad de la península y llevando la situación al borde de la guerra", se indica en un comunicado del Ministerio de Exteriores norcoreano emitido a través de la agencia estatal KCNA.
En la última demostración de fuerza de la política adoptada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, el Pentágono decidió enviar la pasada semana el portaaviones nuclear Carl Vinson a la zona en respuesta a las últimas pruebas de misiles de Pyongyang y tras insinuar que ha analizado la posibilidad de realizar ataques preventivos para evitar que siga desarrollando su programa nuclear.
Un día después, EE.UU. bombardeó por primera vez un objetivo del régimen sirio por el supuesto uso de gases químicos, en lo que muchos consideran una advertencia a Corea del Norte, que este viernes lo calificó de "una flagrante violación de la ley internacional y una agresión bárbara e insolente".
Este jueves, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, que ha cerrado filas con Trump, dijo que Corea del Norte podría tener la capacidad de lanzar misiles equipados con armas químicas y trazó paralelismos entre el régimen que lidera Kim Jong-Un y el del Bachar al-Asad.
Comunidad internacional llama a la contención
La advertencia de EE.UU. a Pyongyang pudo haberse repetido ayer jueves, cuando Washington usó por primera vez en un conflicto la mayor bomba no-nuclear, la llamada "Madre de todas las bombas", para destruir instalaciones del grupo terrorista Estado Islámico en Afganistán.
"No sé si manda o no un mensaje (a Pyongyang). Corea del Norte es un problema y nos ocuparemos de él", dijo Trump al comentar el bombardeo brevemente tras una reunión en la Casa Blanca.
La nueva actitud de Washington, más agresiva con Trump que con el anterior mandatario, Barack Obama, y la imprevisibilidad del régimen de Corea del Norte llevaron este viernes al ministro chino de Relaciones Exteriores a afirmar que en esta crisis "el ganador no será el que tenga las afirmaciones más duras ni exhiba más músculo".
Wang urgió a todas la partes a retomar el diálogo y "no dejar que las cosas evolucionen hasta un punto irreversible e incontrolable".
Esta llamada a la contención de China recibió el apoyo de Francia, cuyo ministro de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, fue un paso más allá al insistir en la necesidad de "lograr la desnuclearización de la península coreana".
"La comunidad internacional es unánime: ha llegado el momento de que Pyongyang cumpla sus propios compromisos", recalcó Ayrault, en el mismo sentido en el que se habían manifestado días antes la canciller alemana, Angela Merkel, y la primera ministra británica, Theresa May.
Rusia observa inquieta la situación
Por su parte, Rusia está preocupada por la situación e instó a otros países a abstenerse de "actos provocativos" en esa región, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
"Moscú está observando con gran inquietud la escala de tensiones en la península de Corea. Llamamos a todos los países a mostrar contención, y advertimos a todos los países contra cualquier acción que pueda suponer un paso provocativo", señaló la autoridad.
Al mismo tiempo, Peskov subrayó que Rusia mantiene una postura consecuente de defensa de la no proliferación de las armas nucleares, pero que también es partidaria de los "métodos político-diplomáticos de todas las crisis, incluida la norcoreana".