La columna de Aldo Schiappacasse desde Moscú: La verdadera mafia rusa

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Autor: Cooperativa.cl

Revisa el artículo del comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa y enviado especial a Rusia.

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Esquilan de todas las maneras posibles. Negociando previamente, con taxímetros adulterados, con malos modos a la hora de cobrar, alegando desconocimiento del inglés o, simplemente, esgrimiendo tarjetas en cirílico imposibles de descifrar.

Acostumbrados al estereotipo ruso de las películas, uno se los imagina tatuados, con dientes de oro, orquestados por una verdadera estructura mafiosa piramidal, pero el tema es mucho más simple que eso: En la antesala de la Copa Confederaciones y a un año del Mundial, no hay normativa para los taxis urbanos en Moscú.

Uber, que parece ser la única solución, tiene sus móviles marcados e individualizados, pero las dificultades de muchos ciudadanos que se han lanzado a trabajar con la aplicación es que no manejan certeramente los códigos digitales y suelen enredarse con el GPS. Igual, parecen una salvación al lado de la mayoría de los taxistas que, cuando huelen la oportunidad, la aprovechan sin pudores.

La recomendación de las autoridades es a tomar los taxis formales. Pero éstos tienen taxímetros portátiles, en tablets que son adulteradas. Hay ejemplos escandalosos donde cobran hasta seis veces más de la tarifa que corresponde.

Reclamar es vano, por las trabas idiomáticas. Y llamar a un policía se hace complicado. Cuando uno pretende irse sin pagar ni llegar a acuerdo, se tornan más belicosos y no estamos para iniciar una gresca con la imagen de Vigo Mortenssen tatuado en la retina. La mafia rusa cinematográfica ya provocó el primer efecto: Genera temor. También el instructivo de la Cancillería que recomienda ponerse a gritar pidiendo al consulado chileno.

Si usted es uno de los doce mil chilenos que vendrán a la Copa Confederaciones o está haciendo planes para el Mundial 2018, téngalo en cuenta. La verdadera mafia son los taxistas. Prefiera el metro. Que es más bonito, elegante, eficiente, histórico y turístico. Ahórrese todo el resto.