El drama del hombre al que le tatuaron en la frente "Soy un ladrón"
El joven de 17 años fue atado y tatuado por dos sujetos como castigo por supuestamente intentar robar una bicicleta.
Los individuos subieron un video del hecho y fueron detenidos, mientras que el menor negó el delito del que se le acusó.
"Les rogué que me rompieran los brazos y las piernas, pero no lo hicieron", declaró el joven.
Un tatuador y su vecino fuero acusados de "tortura" después de retener a un adolescente y tatuarle en la frente "Soy un ladrón y un vacilón", como castigo por supuestamente intentar robar una bicicleta en Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña.
El joven, de 17 años, fue atado a una silla de plástico en una pensión que había sido arrendada por el tatuador Maycon Wesley Carvalho dos Reis, 27 años, quien junto a Ronildo Moreira de Araújo, de 29, le tatuaron la frente y le cortaron el pelo, según relató el menor a la Policía.
Los hombres grabaron el ilícito y el video, en el que se escucha cómo uno de los hombres le advierte al joven que "va a doler", lo subieron a las redes sociales y se hizo viral, detalló el diario brasileño Folha de Sao Paulo.
"Les pedí que hicieran el tatuaje en mi brazo, pero dijeron que lo harían en mi frente y comenzaron a reír. Les rogué que me rompieran los brazos y las piernas, pero no lo hicieron", recordó el joven, quien añadió que lo amenazaron.
"Si iba la policía, me golpearían", añadió.
Los responsables fueron detenidos, mientras que el joven, en situación de pobreza y quien según sus familiares tiene problemas de salud mental, fue localizado y se encuentra en libertad tras negar que estuviera intentando robar.
"Primero vamos a cuidar de él, fue medicado y está asustado con lo que pasó. Muchas personas compartieron su imagen juzgando sin conocer los hechos. Él no hizo nada de lo que fue hecho y publicado en internet", afirmó el abogado de la noticia al portal de noticias G1.
Tras el suceso, Colectivo Afroguerrilha comenzó a recaudar dinero y consiguió más 19.000 reales (unos 3.831.613 pesos chilenos), una cantidad que irá destinada a la operación para borrar el tatuaje, para pagar el tratamiento psicológico del menor y financiar el proceso judicial.