Columna de Aldo Schiappacasse: Rihanna y Los Huasos Quincheros
Revisa este artículo del comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa.
La selección alemana tuvo su propio escándalo antes de viajar a la Copa Confederaciones. Tras ganar por 7-0 a San Marino por las clasificatorias mundialistas, Julian Draxler anunció que descansaría para "recuperarse de las lesiones". Sin embargo fue sorprendido en Ibiza con la modelo Linda Vaterl, lo que fue ampliamente destacado por la prensa de farándula, ya que está comprometido con su novia Leña Stiffel, a quien conoce desde el colegio.
Löw y la Federación le bajaron el perfil al tema señalando que tenía permiso para viajar.
No es el único enamoradizo de esta generación joven de los germanos que no pasa de los 30 años, tiene un promedio de un metro 84 de estatura y lucha por estar en el próximo mundial.
Kevin Trapp, el portero del PSG, también destaca por sus conquistas famosas. En este caso fue la cantante Rihanna, quien fue especialmente a verlo jugar en París. El le regaló una camiseta que decía "para mi encantadora Rihanna", pero con ella nunca se sabe, porque se saca fotos y adula a muchos deportistas.
Hoy volveremos a ver a Joachim Löw, un técnico ultraganador que luce con orgullo la estrella de campeón del Mundo, aunque, en rigor, la gente lo recuerda por meter sus dedos en sitios extraños cuando está en público. Independientemente de sus malos hábitos, a Löw le han quitado dos veces la licencia por manejar a exceso de velocidad y hablando por celular, lo que está muy malo, sobre todo si uno de tus patrocinadores es la Mercedes Benz, quien le pidió moderación hace rato.
Chile se mide en un rato más con Alemania y los más veteranos recordamos los duelos mundialistas. No vi el del '62, pero si el del '74, con el golazo de Breitner al Polo Vallejos, poco después de que los Huasos Quincheros cantaran en una pelota que se abría en la cancha, en una ceremonia que debe haber sido muy larga. El Negro Ahumada después le haría un gol a los otros alemanes, los de la RDA.
Y está el gol de Moscoso que nadie vio el '82, por supuesto. Se cayó el satélite o algo así, pero no importó demasiado porque perdíamos 4-0 con el peor Osbén de todos los tiempos. Ese gol de Moscoso es especial porque luego Andrés Wood lo convirtió en ficción en "Historias de Fútbol", en un gran cuento situado en una remota isla de Chiloé, donde un mochilero sucumbía ante los encantos de la dueña de una pensión, mientras el Guatón Campusano, que fue mi amigo, gritaba destemplado ese gol que nadie vio en el mejor final de película chilena que recuerde.