Ex fiscal venezolana aseguró que enviaron "sicarios" en su busca
En su primera entrevista fuera de Venezuela, Luisa Ortega dijo que ni tras haber abandonado su país se siente segura.
Reafirmó que tiene documentos comprometedores que contienen acusaciones serias y demostrables contra Maduro.
La fiscal evitó dar detalles de la forma en la cual abandonó su país.
La ex fiscal general de Venezuela Luisa Ortega Díaz aseguró en una entrevista a la revista alemana Der Spiegel que ni tras haber abandonado su país se siente segura, porque sabe que han mandado "sicarios" en su busca.
En su primera entrevista desde que abandono Venezuela, que avanzó la publicación alemana pero que se difundirá íntegra mañana sábado, Ortega reiteró también que tiene documentos que prueban que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, se enriqueció fraudulentamente con fondos públicos.
"Tengo informaciones de que se han mandado sicarios a por mí", sostuvo la ex fiscal general, quien añadió que recibió "varias amenazas" antes de decidirse a abandonar Venezuela.
No obstante, se mostró dispuesta a seguir luchando por su país desde el extranjero.
Pruebas contra Maduro
Además, Ortega reiteró que tiene documentos comprometedores que contienen acusaciones serias y demostrables contra Maduro, en los que se apunta que obtuvo dinero público, destinado en un primer momento a la compra de alimentos, a través de una empresa mexicana.
También señaló que la constructora brasileña Odebrecht pagó 100 millones de dólares a familiares de Diosdado Cabello, el hombre fuerte de la recién elegida Asamblea Nacional Constituyente (ANC) chavista, a través de una compañía española.
"Estamos ante un grupo de gente que no son hombres de Estado, sino criminales", destacó Ortega.
La ex fiscal general explicó que decidió abandonar Venezuela cuando el Gobierno pidió el encarcelamiento de su marido, el diputado Germán Ferrer, que según la nueva Fiscalía lideró una trama millonaria de extorsión que operaba desde el Ministerio Público.
Sobre como se marchó no quiso dar detalles, para no poner en evidencia a las personas que le prestaron ayuda.