La historia de la neonazi que se enamoró de una mujer negra

En medio de la tensión racial que afecta a EE.UU., una historia de amor pone algo de cordura en el país gobernado por Donald Trump, quien condenó tibiamente las manifestaciones de los supremacistas blancos.

La historia de amor no es convencional. Angela King era una violenta supremacista blanca, pero cayó en prisión y su vida cambió para siempre. La responsable fue una mujer afroamericana que conoció en la cárcel cuando tenía 23 años.

En 1999, la neonazi fue a un bar de Florida armada con una pistola de 9 mm. Su piel estaba cubierta de tatuajes racistas, con vikingos en el pecho, una esvástica y un saludo de Hitler. Luego con su grupo robaron un video club para adultos.

"Desde el principio sentí que era anormal porque estaba atraída a personas del mismo sexo. Mi madre solía decirme: 'Nunca te dejaré de querer... a menos que traigas a la casa a una persona negra o a una mujer'", dijo King a BBC Mundo.

En febrero de 1999 fue condenada a prisión por el robo. "La gente sabía por qué estaba allí y me lanzaban miradas y comentarios amenazadores. Asumí que pasaría mi condena de espaldas al muro, peleándome", dice King.

Un grupo de mujeres jamaiquinas fueron sus protectoras tras las rejas. "Nunca antes había conocido a una persona negra, pero aquí estaban estas mujeres que me planteaban preguntas difíciles pero me trataban con compasión", cuenta.

Después conoció a otra mujer negra, con la que comenzó a hablar y se dieron cuenta de que pese a sus diferencias tenían experiencias similares de vida. Más allá de la amistad se dieron cuenta que había nacido el amor.

"Nos dimos cuenta de que nos habíamos enamorado. Nos preguntamos cómo había podido pasar eso", agregó King a Daily Mail. La relación terminó, pero la vida de Angela cambió para siempre.

En 2011, conoció a otros ex extremistas quienes habían fundado un blog llamado "Life After Hate" (Vida después del Odio). Angela se unió a ellos para ayudar a otras personas que quieran salir de grupos supremacistas blancos.