Ya hay acuerdo en Francia sobre referéndum de independencia en Nueva Caledonia
Acuerdos de Numea, en 1998, establecieron la transferencia de poderes desde París entre 2014 y 2018.
La consulta se realizará antes de noviembre de 2018.
La reunión finalizó la madrugada de este viernes, tras 10 horas de conversaciones.
El Gobierno francés y representantes del territorio de ultramar de Nueva Caledonia llegaron a un "acuerdo político" sobre varios de los principales escollos para la celebración de un referéndum sobre la independencia antes de noviembre de 2018.
El acuerdo, alcanzado esta madrugada tras diez horas de reunión entre el primer ministro, Édouard Philippe, y representantes caledonios, establece la inscripción de 11 mil nuevas personas en la "lista electoral especial" para la consulta, que constituía uno de los principales obstáculos hasta el momento.
También se cerraron acuerdos sobre los colegios electorales, las procuraciones de voto y la presencia de observadores, manifestó.
"Tenemos un acuerdo político y, más allá de éste, tenemos la confianza, que es al menos tan importante. (...) Es un punto de partida para una consulta que queremos que sea leal e incontestable", subrayó el jefe del Gobierno.
El asunto del cuerpo electoral centró la reunión del llamado Comité de Firmantes de los Acuerdos de Numea de mayo de 1998, que estableció la transferencia de poderes desde París entre 2014 y 2018.
El censo se circunscribe a los residentes en el territorio de forma continua desde 1994, aunque existían discrepancias sobre la inscripción o no de los nacidos en la isla.
La pregunta que se formulará en el referéndum será el objeto de la próxima reunión del comité, que se celebrará en marzo o abril del año que viene.
El referéndum de autodeterminación fue pactado en el Acuerdo de Numea (capital del archipiélago), que prevé la celebración de hasta dos nuevas consultas si el resultado es negativo.
Las encuestas han mostrado habitualmente que una mayoría de sus habitantes están a favor de mantener los vínculos con la metrópoli de Nueva Caledonia, que goza de una autonomía casi total en la gestión, salvo en lo que respecta a las competencias de soberanía, pero que recibe diversos fondos de solidaridad desde Francia.