Video muestra cómo tirador de Texas disparó a modo de ejecución
La Policía tiene un video de unos siete minutos de duración en el que se ve a Devin Kelley disparar de una manera continua y metódica.
El asesino repasó todas las filas de la iglesia en busca de supervivientes para propinarles un tiro de gracia.
El tiroteo en un templo batista dejó 26 muertos y una veintena de heridos.
El tirador que cometió la peor masacre de la historia de Texas (EE.UU.) disparó a varias de sus víctimas como si se tratase de una ejecución, es decir, en la cabeza y a quemarropa, según un video del suceso que obtuvo la policía.
El tiroteo en el templo First Baptist Church de Sutherland Springs dejó 26 muertos y una veintena de heridos entre los feligreses que acudieron al oficio religioso el pasado domingo.
Una persona implicada en la investigación explicó hoy de manera anónima al diario The New York Times que existe un video de unos siete minutos de duración en el que se ve a Devin Kelley disparar de una manera continua y metódica, matando a sus víctimas como si las estuviese ejecutando.
Esta pequeña congregación tenía la costumbre de registrar en video sus servicios -basados en oraciones y cantos religiosos- para luego publicarlos en su página web.
El asesino, armado con un fusil semiautomático Ruger AR-556 y vestido con un chaleco antibalas, mató a dos personas fuera de la iglesia y entró en el templo con el objetivo de hacer el mayor daño posible.
Según relató a EFE una pareja que sobrevivió al ataque, su primer objetivo fue matar a los jóvenes que estaban grabando el oficio religioso como cada domingo y posteriormente acabó con la vida de los músicos.
Además, Kelley repasó todas las filas de la iglesia en busca de supervivientes para propinarles un tiro de gracia.
En algunas ocasiones, las madres de los pequeños "trataron de defender a sus hijos poniéndose delante" y pidiendo clemencia, según la sobreviviente Roxana Solís, pero el asaltante no vaciló y mató a las mujeres también.
El rango de edad de las personas fallecidas, que va desde los 17 meses hasta los 77 años, hace evidente que el asaltante trató de hacer el mayor daño posible sin tener piedad de ninguno de los asistentes a la misa que en esos momentos se oficiaba en el templo.