Polémica entre Japón y EE.UU. por estatua de esclavas sexuales
Más de 70 años de terminada la Segunda Guerra Mundial, Japón todavía no quiere admitir las atrocidades cometidas contra las mujeres.
Osaka pondrá fin a 60 años de hermanamiento con San Francisco después de que esta aceptara la donación de una estatua dedicada a las esclavas sexuales que el Ejército imperial nipón reclutó durante la Segunda Guerra Mundial.
El alcalde de Osaka, Hirofumi Yoshimura, anunció la decisión alegando que la confianza mutua "ha sido completamente destruida", después de que su colega, Edwin Lee, respaldara oficialmente la instalación de la escultura, algo que el nipón tildó de "lamentable", recogió el diario Asahi.
La ciudad japonesa planea enviar una notificación formal a San Francisco en diciembre, tras explicar la decisión a los miembros de la Asamblea municipal y verse con altos funcionarios de la ciudad.
Instalada en septiembre en el Central Park de Saint Mary, en el barrio de Chinatown de San Francisco, el monumento representa a una mujer coreana, una china y una filipina de pie y cogidas de la mano, y recuerda a las mujeres reclutadas forzosamente por el Ejército imperial nipón para proporcionar servicios sexuales a sus soldados.
Unas 200.000 mujeres, principalmente en Corea y China, fueron reclutadas a partir de los años treinta del siglo XIX y sobre todo en el tramo final de la Segunda Guerra Mundial (concluida en 1945), bajo el eufemismo "mujeres de confort", un episodio histórico que sigue generando tensión entre Tokio y sus vecinos.
En enero, el embajador nipón en Corea del Sur, Yasumasa Nagamine, regresó temporalmente a Japón en protesta por la colocación de una estatua en homenaje a las esclavas sexuales en frente del consulado japonés en la ciudad de Busan.
Japón negó durante años el sistema de esclavitud sexual militar, hasta que en 1993 salieron a la luz pruebas claras y se excusó.