Maristas españoles pidieron perdón por casos de abusos sexuales en Chile
La Congregación condenó explícitamente "cualquier forma de abuso a niños y jóvenes: emocional, físico o sexual".
Según una investigación, existen al menos siete docentes investigados por estos supuestos abusos sexuales.
Existen al menos siete docentes investigados por estos supuestos abusos sexuales.
La Congregación de los Hermanos Maristas en España condenó y pidió perdón por los supuestos abusos sexuales cometidos contra una treintena de alumnos en los últimos 40 años en Chile por parte de religiosos de la orden.
Maristas Provincia Compostela, rama de esa congregación que agrupa a varias regiones de España y Portugal, emitió este miércoles un comunicado en el que subraya su condena a cualquier forma de abuso, reconoce el sufrimiento de las víctimas y pide perdón, además de apostar por el trabajo diario para prevenir e intentar evitar cualquier situación que atente contra los derechos de los niños.
De este modo, la Congregación reaccionó a la información publicada por El Periódico de Cataluña, la que indica que existen al menos siete docentes investigados por estos supuestos abusos sexuales y que se fueron a Chile en las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo.
Estos religiosos fueron reclutados cuando tenían entre 10 y 15 años e ingresaron para ser formados en el "Juniorado Hispanoamericano", que en un primer momento tenía su sede en la ciudad de Palencia y finalmente en Valladolid, donde desde 1986 el centro es una residencia de ancianos religiosos.
En este lugar, según recuerdan los Maristas en el comunicado, estudiaron cuatro de los religiosos acusados en Chile y estuvo abierto un centro educativo desde 1951 hasta 1986.
En esos años pasaron por él más de dos mil alumnos y de ellos unos 70 hermanos salieron para países iberoamericanos, donde han desarrollado una labor como educadores y misioneros, dice la nota de la Congregación.
Maristas Compostela recuerda el mensaje del XXII Capítulo General del Instituto Marista, recientemente celebrado en Colombia, donde se reconoció "el dolor y sufrimiento causado a las víctimas por parte de algunas personas pertenecientes a instituciones maristas" y se les pidió perdón públicamente.
Además, se condenó explícitamente "cualquier forma de abuso a niños y jóvenes: emocional, físico o sexual".