Padre que torturó a su hija con un soldador y un soplete arriesga 18 años de cárcel
La Fiscalía además solicitó 12 años para la madre por haber permitido estos maltratos.
Progenitores negaron los cargos.
Este lunes comenzó el juicio.
La Fiscalía pidió 18 años de prisión para un padre por haber torturado a su hija de 15 años con un soldador y un soplete y 12 años para la madre por haberlo permitido, aunque ambos han negado su culpabilidad en un juicio que comenzó en el Tribunal de Charleroi (sur de Bélgica).
Los hechos fueron denunciados en septiembre de 2016 por el director del colegio al que acudía la menor, después de que esta le mostrase sus heridas, que habitualmente ocultaba bajo un velo, a pesar de que el centro docente prohibía esta vestimenta.
La investigación reveló que en la casa donde vivía la víctima junto a sus padres y sus tres hermanos había también un bate de béisbol y un cable de ordenador que habrían sido utilizados habitualmente para golpear a la adolescente.
A pesar de que los menores no disponían ni de juguetes ni camas en la casa, tan solo ella había sufrido la violencia física del padre, "un calvario que se había convertido en algo cotidiano", según la Fiscalía.
La acusación explicó que el hombre golpeaba a su hija por motivos como "ver desde la ventana cómo otros niños jugaban en el exterior" o "vestir unos vaqueros y un jersey".
De acuerdo con la Fiscalía, el padre utilizaba un soldador contra su hija para que esta "aprendiese lo que es el infierno".
Ante el juez, los padres negaron todos los cargos y justificaron los golpes como "consecuencias de una clase de taekwondo" y las quemaduras como "un accidente con la barbacoa".
Sin embargo, la Fiscalía alegó que las heridas que presentaba la menor no se corresponden con esos hechos, sino que "coinciden con las declaraciones de la víctima".
En un primer momento la investigación estudió la eventual radicalización del padre, debido a la aparición de suras (capítulos) del Corán escritas en las paredes de la vivienda.