Bolivia incluye en su demanda contra Chile al embajador ante Naciones Unidas
Sacha Llorenti fue ministro del Interior de Bolivia entre 2010 y 2011 antes de ser designado por Evo Morales para cooperar en la causa.
Bolivia incluyó a su embajador ante Naciones Unidas, Sacha Llorenti, como "co-agente" en su demanda en la corte internacional de La Haya para que Chile negocie un acceso soberano al mar, informó este miércoles una fuente oficial.
Llorenti fue designado por el presidente del país, Evo Morales, para colaborar ante la Corte Internacional de Justicia en la causa en la que es agente el expresidente de Bolivia Eduardo Rodríguez Veltzé (2005-2006), según un comunicado de la Cancillería boliviana.
El cometido del representante permanente de Bolivia en la ONU es "cooperar en el cumplimiento de las atribuciones del agente de la demanda marítima y contribuir al logro de las funciones encomendadas a la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, Silala y Recursos Hídricos Internacionales".
Además de la demanda de una salida al Pacífico, Bolivia mantiene en la misma corte otra contra Chile sobre las aguas del Silala, que considera manantiales propios mientras que el país vecino defiende que es un río internacional con derecho de uso compartido.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia apeló en el comunicado a "los medios pacíficos como mecanismos para la resolución de cualquier tema pendiente entre los Estados".
Exteriores comunicó este miércoles a la corte internacional la designación de Llorenti, que fue ministro de gobierno (Interior) de su país entre 2010 y 2011 antes de asumir en 2012 el puesto en Naciones Unidas.
El nombramiento se produce en un momento en que el gobierno boliviano sigue expectante a la visita del papa Francisco a Chile, pendiente de que surja cualquier comentario acerca de la demanda ante el país vecino. En su visita a Bolivia en 2015, el pontífice abogó por una resolución dialogada del conflicto entre ambos países.
Bolivia presentó en 2013 una demanda en La Haya para que obligue al Gobierno chileno a negociar un acceso soberano al océano, perdido en una guerra en 1879 con el país vecino. Por su parte, Chile argumenta que las fronteras entre ambos países quedaron delimitadas por un tratado bilateral veinticinco años después de aquel conflicto.