Prisión para suizo que abusó de 80 niños en Tailandia
El hombre de 73 años estableció una red de explotación sexual infantil, con varios menores "apadrinados" por ciudadanos europeos.
El acusado montó un bar de bailarines con habitaciones en el que prostituía y se abusaba de los chicos.
Algunos de los niños no tenían más de 10 años y sufrieron esta situación durante más de una década.
Un suizo que abusó en Tailandia de más de 80 niños fue condenado hoy por un tribunal de Friburgo a 16 años de prisión, informó la agencia ATS.
El tribunal sentenció al hombre, de 72 años, por tráfico de personas y actos sexuales con menores y le impuso una multa económica, además de una indemnización para las tres víctimas que estaban representadas en el proceso.
El hombre, quien tendrá que seguir terapia psicológica, ya había sido condenado en Suiza en los años 90 por abuso a menores en 1980 y 1991 en los cantones helvéticos de Friburgo y Valais.
En aquella ocasión la Policía tuvo que perseguirle y repatriarlo desde Tailandia, donde se había escondido.
Tras purgar su pena, se fue de nuevo a Tailandia en 1996 y allí estableció una red de explotación sexual infantil.
Según las investigaciones, el hombre atraía a menores desfavorecidos y les obligaba a hacer fotos obscenas, así como a mantener relaciones sexuales con él y otros europeos.
El acusado montó un bar de bailarines con habitaciones en el que prostituía y se abusaba de los chicos, tanto él como otros clientes.
"Mercancía humana"
"Estos niños se convirtieron en una mercancía humana destinada a la explotación sexual en interés comercial y personal del acusado", describió la fiscal del caso, Yvonne Gendre.
Los abusos tuvieron lugar entre 2002 y 2013 y, en el momento de los hechos, algunos de los niños no tenían más de 10 años y sufrieron esta situación durante más de una década.
Muchos de los menores estaban "apadrinados" financieramente por ciudadanos europeos.
El condenado fue juzgado por un caso de abuso de menores en Tailandia, pero fue absuelto por falta de pruebas.
En 2014 volvió a Suiza supuestamente huyendo de la justicia francesa, que también había abierto una investigación contra él.
Finalmente, las autoridades helvéticas lo detectaron, lo investigaron y encontraron hasta 2.500 fotos encriptadas de menores.