Reino Unido exigirá cuentas por envenenamiento de ex espía ruso
La ministra del Interior sostuvo que el gobierno hará todo lo posible para "llevar a los responsables ante la justicia".
Muchos especulan que Rusia estuvo implicado en el ataque.
Sergei Skripal y su hija Julia se mantienen en estado grave en el hospital de Salisbury.
El ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Julia, continúan ingresados en estado grave, mientras que la ministra del Interior británica, Amber Rudd, afirmó este jueves que el gobierno hará todo lo posible para "llevar a los responsables ante la justicia".
Las víctimas, que fueron envenenadas "de forma intencionada" el pasado domingo con un agente nervioso, permanecen hospitalizadas en la localidad de Salisbury.
Además, un policía, identificado como el sargento Nick Bailey que también tuvo que ser ingresado tras atender a los afectados en el momento de los hechos, se encuentra ahora "consciente y estable", según informaron sus compañeros.
La titular de Interior calificó el ataque en la Cámara de los Comunes como un acto "descarado" y "peligroso" y prometió "actuar" una vez se aclaren los hechos, que la unidad antiterrorista de la policía de Londres continúa investigando.
Rudd añadió que se ha tratado de un delito "indignante" y "cruel" y reivindicó el "derecho de la gente a saber quién debe rendir cuentas".
Pese a que la ministra pidió evitar conjeturas sobre los responsables del ataque, muchas son las voces que han apuntado en los últimos días a una posible implicación de Rusia en lo sucedido, por su parecido al mediático caso del también ex espía Alexander Litvinenko.
El pasado martes en el parlamento el ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, adelantó que si se descubre que Rusia estuvo detrás de la intoxicación, el gobierno británico "tomará todas las medidas necesarias" para asegurar que ningún delito quede "impune" o "sin ser sancionado".
Entre esas medidas de represalia se contempla incluso el boicot inglés al Mundial de Fútbol de Rusia, que comenzará este junio.
Las extrañas muertes en la familia del ex espía
Las sospechas sobre la implicación de Rusia, pese a que el Kremlin ha negado cualquier tipo de vinculación, se han intensificado después de que los medios británicos hayan recordado las extrañas circunstancias que rodearon a las muertes de la mujer e hijo de Skripal.
Luidmila Skripal, su esposa, murió en 2012 a los 59 años, por un supuesto cáncer de útero, pero sus vecinos aseguraron al Daily Mail que el fallecimiento se produjo por un accidente vehicular.
La tumba de Luidmila, situada en esa misma localidad inglesa, se encuentra ahora acordonada por la policía, así como la casa del antiguo agente.
En tanto su hijo, Alexandr Skripal, falleció en 2017 en San Petesburgo y también se barajan dos hipótesis sobre su muerte, la oficial que la atribuye a problemas hepáticos y la que dice que fue también un accidente de tránsito.
Así, según apuntan los medios británicos, las extrañas circunstancias que rodean a ambas muertes motivaron a la policía extender la investigación.