FMI: La guerra comercial es aún sólo "un simulacro" pese a "disparos de advertencia"
El economista jefe del Fondo Monetario Internacional aseguró que todavía es un "simulacro de guerra".
El organismo no ocultó el temor ante las posibles consecuencias de las tensiones comerciales entre China y EE.UU.
El organismo no ocultó el temor ante las posibles consecuencias de las tensiones comerciales entre China y EE.UU.
La temida guerra comercial es aún solo "un simulacro", por lo que "todavía hay margen para evitar una intensificación" mediante discusiones "multilaterales", afirmó hoy Maurice Obstfeld, economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI).
"En este momento, aunque ha habido algunos disparos de advertencia, es todavía más bien un simulacro de guerra", aseguró Obstfeld en la rueda de prensa de presentación del informe de "Perspectivas Económicas Globales" del FMI.
"Todavía hay margen para que los países, creo, se impliquen en un conjunto de discusiones más multilateral para aprovechar los mecanismos de resolución de disputas disponibles y así evitar una intensificación", aseguró Obstfeld.
En el reporte, con el que arranca la reunión de primavera del FMI, se pronostica un sólido crecimiento económico global del 3,9 % para este año y el próximo.
No obstante, el organismo dirigido por Christine Lagarde no ocultó su temor ante las posibles consecuencias de las tensiones comerciales entre EE.UU., al remarcar que amenazan "con socavar la confianza y descarrilar el crecimiento global de manera prematura".
La llegada al poder del presidente estadounidense, Donald Trump, ha trastocado la base del orden económico global, del que el FMI es uno de sus principales bastiones, al plantear dudas sobre el libre comercio y sus nocivos efectos sobre los trabajadores estadounidenses.
El pasado mes de marzo, Trump pasó de su agresiva retórica proteccionista a la acción, y anunció la imposición de aranceles del 25 % a las importaciones de acero y del 10 % a las de aluminio.
Aunque posteriormente matizó estas medidas, al eximir a la Unión Europea, Canadá, Australia, México y Argentina, entre otros, sentó las bases de una temida espiral de represalias comerciales internacionales.
Poco después, Trump instó a su gobierno a estudiar la imposición de aranceles a centenares de productos chinos, y Pekín replicó con nuevos gravámenes a importaciones estadounidenses.