Silvio Caiozzi reivindica un cambio en la distribución en el cine
El cineasta se encuentra promocionando "...Y de pronto el amanecer", su más reciente filme.
El director chileno de cine Silvio Caiozzi aboga por un cambio en el modelo de distribución internacional del cine, ya que el actual no deja espacio a la exhibición de cintas independientes y está convirtiendo al séptimo arte en "un parque de atracciones: lleno de pirotecnia pero sin ninguna profundidad".
De viaje en Pekín con motivo del Festival Internacional de Cine de la capital china, donde el sábado se proyectó su última película "...Y de pronto el amanecer", Caiozzi explicó en una entrevista con Efe su preocupación en torno a la distribución cinematográfica, que en su opinión, "representa un problema muy serio" para la industria.
Parece que "hubiese un acuerdo internacional de mostrarle al púbico solamente un tipo de cine que es más fácil de producir (...) y el público así no te exige cosas mejores, ni mas originales, es mas cómodo. Es como si se quisiera que el público sea cada vez más ingenuo, que no piense", subraya.
El chileno (de 73 años) considera que hay "un bombardeo" de películas "deshechables, olvidables", sobre todo infantiles y de efectos especiales, que copan las salas internacionales sin dejar espacio de exhibición a otro tipo de cintas más profundas.
"Si queremos pensar mal, podríamos hablar de una planificación maquiavélica internacional para tontificar a las audiencias", lamenta.
No obstante, insiste en que no es un problema de que no haya público o falte talento, sino de que ese cine no encuentra espacio ni siquiera en los tradicionales circuitos independientes que ahora "están asfixiados".
"Es muy raro porque tu vas a festivales de cine y hay películas fantásticas ganadoras de premios que no se exhiben en ninguna parte", comenta, algo que califica como "sospechoso".
Ese problema, común en todo el mundo, afecta también a su país, donde el público se ha distanciado del cine doméstico a pesar de que muchas producciones locales han conseguido galardones internacionales.
Un ejemplo es "...Y de pronto el amanecer", que fue premiada en 2017 como mejor película clase A en el Festival de Cine del Mundo de Montreal, se estrenó hace dos semanas en Santiago de Chile y ayer fue proyectada en una sala en Pekín, ante 150 espectadores con subtítulos en inglés y mandarín.
"Me sorprendió que era un público bastante joven, interesado en el cine y que al terminar la película, en el coloquio de preguntas y respuestas, se peleaba por hacer preguntas muy interesantes, tanto técnicas como de profundidad", relata el cineasta.
Caiozzi reconoce que al principio temía que la historia no se entendiera bien por la diferencia cultural entre los públicos y sobre todo por los "juegos de tiempos" del argumento, pero se mostró satisfecho de que no ocurriera así.
Al ser una película extranjera, no sabe si podrá ser proyectada en las salas del país, ya que China otorga unos 35 permisos al año para películas foráneas, "de los que un 90 % recaen en producciones de Hollywood", pero sí se emitirá en la televisión china.
Para sortear este inconveniente, el director se reunirá a su vuelta a Chile con las autoridades para insistir en la importancia de que firmen un acuerdo bilateral de coproducción con China, que les permitiría hacer películas conjuntamente y que al considerarse chinas podrían proyectarse en el país asiático sin restricciones.
China "es un mercado gigantesco, sería una posibilidad enorme para nosotros", destaca.
Su largometraje, de 195 minutos y basado en un guión que redactó conjuntamente con el escritor Jaime Casas, cuenta la historia de Pancho Veloso (representado por el actor Julio Jung), un escritor que huye de Chiloé, una isla del sur de Chile en la que nació, y a la que regresa 45 años después convertido en periodista de la farándula.
Al volver "se da cuenta de que ha perdido cincuenta años de su vida porque eligió el camino fácil, el camino cómodo, no él que quería cuando era joven", detalla Ciaozzi, y es entonces cuando "se enfrenta a si mismo y es capaz de renacer como ser humano, como escritor y como artista".
Ese "drama" de Pancho Veloso lo vive hoy la mayoría de la gente, apunta, aunque muchos "no tienen conciencia" de ello.
"Es un problema de casi todo el mundo el 'a mí me hubiera gustado hacer esto, pero estoy haciendo esto otro'. Dejar aquello por lo que se está apasionado por otra cosa a lo mejor puede resolver el problema económico, vivir una vida entre comillas tranquila, pero en su interior hay frustración", añade.
"Se justifica que una persona, en un momento dado que no tiene trabajo, haga algo que no le gusta pero, ¿toda la vida?", se pregunta.