La columna de Leonardo Burgueño: Del Zidane francés al Zidane italiano

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"Zizou" archivó el fútbol champagne de sus inicios para recordar el estilo italiano de su paso por Juventus.

 EFE

Por Leonardo Burgueño, @LeoBurgueno

El 4 de enero de 2016, Real Madrid destituye a Rafa Benítez y en su lugar confía en Zinedine Zidane. El mismo francés que le había dado la novena en Glasgow, con aquella inolvidable volea de zurda ante Bayer Leverkusen.

Su primer mediocampo revelaba claramente su intención de juego: Luka Modric, Toni Kroos e Isco (también utilizaba a James Rodríguez). Un triángulo que privilegiaba el juego y la elaboración para habilitar a la BBC (Bale, Benzema y Cristiano).

Sin embargo, llegó la primera derrota de su ciclo, el 27 de febrero de ese año, de local en el derbi ante Atlético de Madrid. Una resultado como para que "Zizou" metiera mano: adentro Casemiro como eje central en el medio y afuera Isco o James. Con eso, Modric y Kroos quedaban flanqueando al brasileño.

Fue la primera señal: darle más respaldo a los centrales (en ese momento, Pepe y Sergio Ramos) y poder cubrir las espaldas de los laterales (Carvajal y Marcelo). Arriba todo se mantenía tal cual.

Y cayó la primera Champions League de su ciclo. Por penales y ante Atlético de Madrid en Milán.

La estructura se mantuvo al año siguiente y nuevamente se alzó con el máximo trofeo de clubes de Europa: ahora la víctima fue Juventus.

Aunque ya mostró otro cambio: la BBC se desarmó y en lugar de un Bale con muchos problemas físicos aparecía más seguido Isco (tenía su punto inicial como extremo, pero se metía como un enganche).

La Supercopa de Europa y dos Mundiales de Clubes se elevaban al cielo del francés, pero de pronto todo se nubló.

La caída 3-0 ante Barcelona en la víspera de la Navidad pasada, sumada a la eliminación de la Copa del Rey ante Leganés en el "Bernabéu" fueron un sacudón fuerte. "Soy el responsable del fracaso", dijo en su habitual tono pausado el marsellés.

Mientras Barcelona se escapaba en la Liga, los nombres para sucederlo comenzaban a aparecer: Joachim Low (después de Rusia), Mauricio Pochettino, Jürgen Klopp y hasta Guti.

Pero Zizou se sostenía en la Champions League, donde superó la fase de grupos como escolta de Tottenham.

Entonces, "Zizou" archivó el fútbol champagne de sus inicios para recordar el estilo italiano de su paso por Juventus.

La BBC empezó a perder la segunda B. Si ya Bale era alternativa, la racha de Benzema obligó a otro replanteo, porque el francés recién suma 11 goles en la temporada, en su peor marca desde 2009-10. Por eso lo sacó en Munich y ubicó a Cristiano en una posición que este momento de su carrera al portugués le acomoda: más por el centro del ataque que por afuera.

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Ahora es un 4-4-2 fijo, con dos volantes centrales que juegan cerca de Varane y Ramos (en Madrid fueron Kovacic y Kroos), y dos por afuera que tienen que cubrir a los laterales. Y en esta semifinal ante Bayern Munich jugó al error del rival y como los bávaros regalaron dos goles (uno en cada partido), la tarea resultó (sin contar la mano de Marcelo que podría haber cambiado la historia).

Pasaron 843 días desde el debut de Zidane en la banca de Real Madrid. Muchas copas, tres finales de Champions seguidas y, especialmente, una transformación en el DT que adaptó su estilo en función de los momentos de sus jugadores y de las necesidades de sobrevivir. De él y de su equipo.