La columna de José Arnaldo Pérez: Todos los caminos llevan a Roma

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- Periodista Radio: José Arnaldo Pérez, @Chascaperez
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 EFE

Por José Arnaldo Pérez, @ChascaPerez

Para los amantes del ciclismo de ruta la llegada de mayo marca usualmente el inicio de una de las tres grandes competencias, con jornadas imperdibles y apasionantes. El Giro de Italia, junto al Tour de Francia y la Vuelta a España, forma parte de esta triada que cualquier "pedalero", que se precie de tal, soñó con participar, y vestir la "Maglia Rosa", destinada a los líderes del pelotón.

En esta edición, la 101 de su existencia, el Giro trae varias novedades, por ejemplo que los equipos pasaron de nueve a ocho competidores, por lo que el pelotón compuesto por 22 equipos se redujo de 198 a 176 participantes, que durante 21 etapas deberán recorrer 3.546 kilómetros. Y cuando hablamos de equipos lo hacemos con propiedad, porque para aquellos que no son iniciados en el ciclismo es acá donde se ve un trabajo en conjunto a plenitud, con obreros que siguen instrucciones que van en pos del conjunto y se quitan de encima cualquier atisbo de vanidad para luchar por el triunfo de aquel que esté en mejores condiciones o tenga las mayores probabilidades de ganar.

Ya que hablamos de victoria, de inmediato el actual monarca Tom Dumoulin arremetió con fuerza y se impuso en la primera contrarreloj dejando en claro que aquellos que osen opacar el reinado del holandés tendrán que batallar mucho. Aunque candidatos hay bastantes, partiendo por el local Fabio Aru, el francés Thibaut Pinot, el español David de la Cruz, o los colombianos Miguel Ángel López y Johan Esteban Chaves. Y eso que aún falta hablar de Chris Froome que en el reconocimiento de la primera etapa sufrió una caída, y además pesa sobre él la duda enorme por la situación "anormal" de salbutamol en la pasada Vuelta a España y que aún falta que la Unión Ciclista Internacional resuelva. Pero el británico que cerró un gran 2017 -ya que además de imponerse en la península Ibérica conquistó una vez más el Tour de Francia- desea ganar en línea las tres coronas.

Pero a estos atractivos se debe agregar que por primera vez una de estas competencias tendrá parte de su trazado fuera de Europa, ya que "la carrera más dura en el país más bello del mundo" contempla las tres primeras etapas en Israel. Idea que antes se quiso concretar en otras latitudes, incluido Japón, pero fue "Tierra Santa" la que contó con este privilegio. Y estos verdaderos legionarios del "pedal" están gustosos de poder ser parte de la historia y quizás pagar la deuda de la destrucción de Jerusalén y su templo el año '70 por Tito y sus huestes. Porque ahora la idea es arrasar en la recta final con un furioso embalaje, avasallando a los rivales y pensando en la meta final del 27 de mayo en la capital italiana, ya que para estos ciclistas en mente hay una sola consigna: "todos los caminos llevan a Roma"