La columna de Manfred Schwager: Los procesos
El periodista de Al Aire Libre comenta los play-offs de la NBA.
Por Manfred Schwager, @mschwagerv
La serie que animaron Boston Celtics y Philadelphia Sixers, que los de Massachusetts cerraron en el quinto partido, ofreció un anticipo de lo que veremos en la NBA en el mediano plazo. Ambas franquicias demostraron lo bien posicionadas que están para competir gracias a los proyectos que diseñaron hace apenas cinco años.
En el caso de los Celtics, la reconstrucción del equipo fue algo más bien orgánico: el gerente Danny Ainge optó por rejuvenecer un plantel estelar que obtuvo su único anillo en 2008. La creatividad del directivo ubicó a los Celtics en una posición privilegiada para los Draft de los últimos años sin dejar de competir, sumando talentos como Marcus Smart (2014), Jaylen Brown (2016) y Jayson Tatum (2017), todos ellos fundamentales ante los Sixers.
La apuesta por la juventud también pasó por la banca, con la contratación de Brad Stevens. A sus 41 años ha demostrado ser un estratega brillante, cuyo rendimiento en el equipo ha subido de 30,5 a 67,1 por ciento. Boston ya lleva cuatro play-offs consecutivos bajo su mando, y en esta temporada se dio maña para llegar a la final de conferencia pese a las lesiones que le privaron de dos de sus estrellas, el alero Gordon Hayward y el base Kyrie Irving.
Los Sixers, por su parte, apostaron a una jugada a largo plazo conocida como "El Proceso": El entonces gerente Sam Hinkie decidió que lo mejor para el equipo era ganar la menor cantidad posible de partidos en cada temporada, para así tener la mejor selección del Draft y crecer a través del talento de los novatos.
Calificado como una aberración por otros actores de la liga y la razón de diversas modificaciones al Draft, The Process siguió su curso a pesar de sus detractores: entre 2013 y 2017 ganaron 66 partidos de 328 posibles, incluyendo la infame temporada 15-16 en que apenas obtuvieron 10 triunfos.
En ese lapso, Philadelphia tuvo cuatro selecciones en el top 3 gracias a su mal rendimiento; Joel Embiid (2014) y Ben Simmons (2016) son productos del Proceso, aunque su ideólogo Hinkie, despedido hace dos años, no pudiera disfrutar del éxito de su plan en la presente temporada, en que los Sixers tuvieron el tercer mejor registro en su conferencia liderados por ambos jugadores.
Ambos caminos, tan diferentes entre sí, se encontraron en una semifinal que bien podría haber llegado a definirse en un séptimo partido. Porque más allá de lo categórico del 4-1, esta serie debe analizarse en sus detalles: las decisiones en los últimos segundos, la madurez de los protagonistas, las instrucciones en los momentos clave, la mano firme en cada lanzamiento.
The @celtics advance to the Conference Finals with a thrilling fantastic finish against the @sixers in Game 5! #CUsRise #NBAPlayoffs pic.twitter.com/1l8ZTSSKMd
— NBA (@NBA) 10 de mayo de 2018
Boston y Philadelphia se encargaron de demostrar cuál es el potencial que tiene cada equipo. Con el trabajo adecuado y las adquisiciones correctas en sus planteles, ambas franquicias seguirán animando la NBA en los próximos años, en una rivalidad con mucha historia que comienza a revivir de buena forma y que promete disputar la hegemonía de la liga a LeBron James y a los colosos del Oeste.