La columna de Rodrigo Goldberg: Hola Frank
El comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa analizó la llegada del ex DT de Talleres de Córdoba a la U.
Cada vez que un equipo sale a buscar un técnico se abre la primera interrogante: "¿A qué escuela pertenece?"
Con una sola e insuficiente pregunta se pretende conocer al personaje como si la sola respuesta diera una mirada integral. Nada más lejos de la realidad, porque ni siquiera una sincera respuesta implica que el resultado será un reflejo de lo prometido.
Frank Darío Kudelka es de la escuela de Marcelo Bielsa y así lo demostró en Talleres de Córdoba. Consiguió estructurar un equipo intenso, de posesiones largas y especialmente veloz. Tiende a tomar riesgos en la zona defensiva desde el inicio del partido y le gustan los futbolistas atrevidos. Hasta ahí está todo bien ya que ese discurso es lo que se espera para un equipo grande como la U.
La diferencia que tiene Kudelka con su mentor es que adapta su idea a la realidad del plantel, es decir, algo más parecido al final del periodo de Jorge Sampaoli en la selección chilena.
Por tanto la pregunta que sigue es: "¿Tiene jugadores para implementar esta idea?" Creo que no. Salvo un par de nombres la Universidad de Chile viene de procesos muy distintos con los últimos técnicos que ha tenido, donde la intensidad no ha sido precisamente el denominador común. El último que lo intentó fue Sebastian Beccacece con resultados ya sabidos. De ahí en adelante la posesión y el énfasis defensivo se tomaron el discurso.
Dicho esto, el arribado técnico sí tiene una ventaja. La madurez de muchos de sus nuevos futbolistas le permitirá adaptarse y adaptarlos en el corto o mediano plazo. Aventurarse a cómo será ese proceso es riesgoso, pero sí está claro que la U no podrá seguir jugando como en el último tiempo.
Primero por las necesidades propias y, segundo, porque en el último tiempo la U viene cumpliendo con el "desde" (lo básico) y no más que eso. Con unos de los planteles más costosos del fútbol chileno, los azules tienen la obligación de darle ritmo a estos nombres desde una perspectiva más global. Eso es lo primero. El paso siguiente será reestructurar un plantel mal conformado desde el 2016 (con contratos que siguen vigentes) y que amerita una revisión. Y más que fijarse en la edad, lo importante es tomar en cuenta qué futbolistas serán capaces de cumplir en el largo plazo con los deseos y necesidades del nuevo técnico.
Dura tarea ya que hay nombres históricos y ganadores que serán evaluados con mayor frialdad, considerando en menor medida su palmarés o apego al club. Para esto tanto Kudelka como el gerente técnico deben estar empoderados convenientemente.
La U lleva ya mucho tiempo sin un plan de largo plazo. Urge de una vez por todas una mirada más futurista que incluya la globalidad del club. No es garantía de infalibilidad, pero sí les aseguro que el margen de error disminuye. Lindo desafío para Frank.