La columna de Leonardo Burgueño: Real Madrid, los mismos nombres y la misma historia
El comentarista de Al Aire Libre analiza al tricampeón de Europa.
Por Leonardo Burgueño, @LeoBurgueno
"Historia que tú hiciste/ historia por hacer / porque nadie resiste / tus ganas de vencer".
La primera estrofa del himno de Real Madrid comienza a delinear el camino de la leyenda de la Casa Blanca.
Real Madrid es tricampeón de la Liga de Campeones. Un hecho que sólo se había conseguido tres veces en la historia. Y estaban tan alejados esos logros que había que remontarse a la antigua denominación de Copa de Campeones.
Ya con los recuerdos en sepia, los madridistas alcanzaron cinco títulos entre 1956/60, o en blanco y negro aparecen los "tri" de Ajax (1971/73) y Bayern Munich (1974/76).
¿Pero qué tiene el equipo de Zinedine Zidane para imponer esta hegemonía en el Viejo Continente? Muchos analistas coinciden en los "NO" del equipo: no es un equipo que someta al rival; no es un cuadro que presione alto; no es un equipo que achique hacia atrás.
¿Entonces qué es lo que lo sostiene? Tiene claras las prioridades: es un equipo hecho para esta competencia, que en el ida y vuelta a partir de octavos es letal. Porque cuando hay que jugar las instancias decisivas, aparece el mito del Madrid.
¿Cuáles son sus argumentos? Se puede jactar de que se reconoce sus defectos y a partir de allí sabe salir adelante. Y una lista larga de virtudes que liquida a cualquiera. Repasemos y puede poner los puntos en el orden que quiera:
- Tiene extraordinarios jugadores de buen pie para elaborar en el medio (Kroos y Modric).
- Un volante central que respalda a todos (Casemiro).
- Tiene dos laterales que suben y hacen daño (Carvajal y Marcelo).
- Tiene un "fantasista" que puede llegar al gol (Isco).
- Tiene un superclase que huele sangre y ataca (Cristiano).
- Tiene dos centrales rápidos (Varane y Sergio Ramos) y uno de ellos, encima, aparece en el área contraria para cabecear.
- Tiene un arquero que nadie apostaba nada por él (Navas), que la prensa lo quiere cambiar en cada mercado de pases, pero que tiene atajadas claves cuando el partido está empatado (como en el derechazo de Alexander-Arnold).
- Tiene una banca que salta al campo para desequilibrar. Bale en la final de Kiev es el mejor ejemplo.
Entonces no es necesario que aparezcan todas las fortalezas juntas en un partido. Basta con mezclar algunas de ellas para sacar adelante la tarea.
Para todo esto, no necesita un DT revolucionario. Le sobra con un buen administrador de egos en el camarín. Un hombre que, por si hace falta sacar las medallitas, tiene tantas o más que sus jugadores.
Y si encima se hace el repaso de las últimas tres finales, el once titular de Kiev es el mismo de Cardiff 2017 y sólo tiene dos modificaciones con respecto a Milán 2016 (Varane por Pepe e Isco por Bale).
El equipo lo tiene armado. La historia lo respalda. Por eso Zidane puede silbar bajito el himno, mientras Plácido Domingo le pone su voz al himno, donde suena más fuerte la parte de "que nadie resiste sus ganas de vencer".
Revisa acá el primer himno de Real Madrid: