La columna de Ernesto Contreras: Luces y sombras en París

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Ernesto Contreras

El número uno de Chile finalizó su participación en Roland Garros y el balance es positivo, sobre todo por lo hecho en el dobles.

 EFE

Por Ernesto Contreras D. @contrerasdelzo

Nicolás Jarry llegó a París con un status diferente al del año pasado. En la edición anterior tuvo que pasar por el infierno de las clasificaciones para luego caer en un ajustado encuentro ante el ruso Karen Kachanov, hoy 38° del planeta, en la primera ronda del certamen. Pero este año la situación giró en 180 grados.

El número uno de Chile arribó a Francia con el rótulo de ser uno de los jugadores más ganadores del año en polvo de ladrillo. El santiaguino sumaba 16 victorias y una final sobre esta superficie, por lo que las expectativas eran altas, sobre todo cuando se conoció el sorteo.

Jarry debutaría ante el estadounidense Jared Donaldson, 57° del orbe, y quien tenía un discreto registro de 1-6 en arcilla durante esta temporada, acumulando cuatro derrotas consecutivas en primera ronda.

Los negativos números del norteamericano eran la oportunidad propicia para que el chileno ganara su primer partido en un main draw de un Grand Slam, pero ese anhelo deberá seguir esperando.

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En una actuación muy irregular Jarry se inclinó ante Donaldson en cinco sets, dejando escapar así una oportunidad de oro para romper la sequía en los cuadros principales de los torneos grandes. Una decepción por donde se le mire.

Independiente de su gran actuación en el dobles, donde alcanzó los cuartos de final y escaló hasta el puesto 78 del ránking, el foco de Jarry son los individuales y su gran año en arcilla invitaba a algo más que lo conseguido.

Como punto positivo se puede rescatar que tuvo su primera experiencia al máximo de sets en el circuito, pero no se debe dejar fuera del análisis la irregularidad que presenta durante largos ratos del juego. Contra Donaldson estuvo dos sets a uno arriba ganando de forma tranquila, pero sus excesivos errores no forzados lo llevaron a una derrota que no estaba en los planes de nadie.  

Sin dudas que llegar a la segunda semana del dobles endulzó la amargura del singles, pero no se puede obviar que su paso por Roland Garros dejó con gusto a poco y eso él lo debe tener más claro que nadie.