Hermano de Fernando Karadima se reunió con el papa Francisco
Óscar Karadima fue uno de los laicos que, junto a un grupo de sacerdotes víctimas del ex párroco de El Bosque, visitó al pontífice en el Vaticano.
En el encuentro con Francisco le manifestó que su familia también fue víctima del "abuso de poder y de conciencia" del cura.
Óscar describió a su hermano como un "hombre un hombre autoritario, a quien le teníamos temor".
El hermano de Fernando Karadima confirmó que formó parte del grupo de sacerdotes y laicos víctimas de abusos de poder, conciencia y sexuales por parte del ex párroco de El Bosque que se reunieron a inicios de mes con el papa Francisco en el Vaticano.
En el encuentro, según relató a La Tercera, Óscar Karadima le manifestó al pontífice que "toda la familia Karadima ha sido víctima de abuso de poder y de conciencia" de parte de Fernando, quien "era un hombre soberbio, un hombre autoritario, a quien le teníamos temor, hasta nuestra madre le tenía temor".
"Nos despreciaba, no nos quería. Él tenía una actitud altanera, se creía superior a todos. No nos respetaba, no nos tomaba en cuenta. No nos dio nunca su número de celular", el que -dice- sí tenían figuras como Barros, Tomislav Koljatic, Horacio Valenzuela y Andrés Arteaga, quienes formaban su "círculo de hierro" y que en cierto sentido -asegura- también fueron "víctimas de abuso de conciencia".
Por todo eso es que le pidió al papa que haya "justicia para la familia", a lo que Francisco respondió pidiéndole perdón en nombre de Fernando.
Óscar, uno de los ocho hermanos y 10 años menor que el otrora párroco, fustiga que "Fernando sólo se quiere a sí mismo" y lo sindicó como el "gran culpable de la desunión" de los hermanos: "Siempre se encargaba de hablar con unos mal de los otros", para así ejercer la fuerza, recuerda.
Pide "perdón público" de su hermano
Con la crisis que levantó el caso de su hermano en la iglesia chilena, lamenta que el apellido quedó estigmatizado como una "familia de degenerados, encubridora, pedófila", ante lo que recalca que "son una familia buena, trabajadora" y que, a excepción de los abusos de Fernando, "nunca le hemos hecho daño a nadie".
Afirma, también, que tras haber pasado por etapas en que "no quería creer" las acusaciones contra su hermano, se convenció de que es culpable: "Esa duda se terminó definitivamente cuando el papa Benedicto XVI lo condenó; y ahora, después de que tuve la entrevista con el papa Francisco me quedó absolutamente claro", tomando en cuenta desde antes "todas las cosas que me han dicho sus víctimas".
"Fernando, muchas veces hablaste de que el hombre no podía ser soberbio, te pido humildad, Fernando, pide perdón públicamente. Te lo pido por mi padre, por mi madre, por mis dos hermanas muertas", expresó acongojado.