La columna de José Arnaldo Pérez: ¿Y cuántas medallas tienes?
El periodista de Al Aire Libre en Cooperativa comenta el crecimiento que ha experimentado Chile en algunas disciplinas.
Por José Arnaldo Pérez @Chascaperez
Con motivo de la visita de la delegación chilena, que participó recientemente en los Juegos Odesur de Cochabamaba, el Presidente de la República, Sebastián Piñera, en su particular estilo de salirse del protocolo, que enerva algunas veces a sus asesores, lanzó una broma desatinada, dados los tiempos que corren, al gimnasta Tomás González, que una vez más se colgó un oro para Chile, preguntándole por cuántos trofeos poseía, y le insistió si tenía más medallas o "pololas".
Pero esa inocente chanza envuelve, si se hace un análisis mayor, una profundidad enorme para nuestro deporte. ¿Es realmente lo más relevante dada nuestra realidad sólo ganar? ¿Es lo único que nos importa? No es que hagamos una apología a la derrota, y se soslaye ganar, lo cual en cierta medida es el fin de cada competencia y a lo que debemos aspirar. Pero no de una, de sopetón. Porque la mayoría de las veces esas victorias se esfuman tan rápido como llegaron y nada dejan para la actividad, ya que muchas veces éstas nacen de un talento particular, y no de programas estudiados y aplicados de nuestras disciplinas. El tenis y Marcelo Ríos, la natación y Kristel Köbrich, y el mismo Tomás González en la gimnasia son algunas muestras de deportista que nos llevaron alto, pero luego de ellos nada más queda.
Chile hoy está creciendo en algunas disciplinas, de forma segura, a veces lenta, pero se avanza. Las medallas recién se obtienen en los primeros eslabones –léase el nivel sudamericano y algunas panamericanas- siendo el estamento planetario una meta muy distante aún. Por eso lo prudente es cimentar y generar una base sólida. No dar oídos a aquellos que creen que si no hay primer lugar, todo es fracaso. Así lo ha hecho el balonmano, que desde que los tenía el "gordo" Menéndez dio su primer anuncio en los Panamericanos de Santo Domingo el 2003; y de ser un deporte que miraba desde lejos los mundiales se hizo habitué de ellos.
La prueba la estamos viviendo ahora en el torneo que se disputa en Groenlandia, y que da tres cupos a una cita planetaria. Puerto Rico, Guatemala y Perú han experimentado –goleadas de por medio- del poderío de la Roja del hándbol. Pero sabemos que si se llega una vez más al Mundial, allí en la sede conjunta de Alemania y Dinamarca –se está poniendo de moda hacer mundiales en más de un país- pensar en una presea es ilusorio. Entonces es conformismo barato. Para nada, si vemos que hace veinte años en esta disciplina llegar al máximo torneo era una broma horrenda. Pero se ha crecido, y se lo sigue haciendo, de la nada se pasó a un quinto puesto americano, luego un podio y los mundiales.
En este crecimiento de algunas selecciones, hace unos días, dolió la derrota con Puerto Rico del baloncesto en el clasificatorio al Mundial sub 19. Es que ese tiro final, que buscaba un triple, casi nos hizo empatar el partido, no quiso entrar, y nos dejó en un amargo 65-68 abajo y fuera de la cita de los mejores del orbe. El entrenador Galo Lara lo lamentó, pero envió un mensaje, se necesitan más de estos torneos, más partidos así de alta exigencia para dar el paso siguiente. Porque estos muchachos que el año pasado rompieron la historia y se proclamaron campeones sudamericanos sub 17 se repusieron y fueron por el premio de consuelo. Situarse quintos a nivel continental.
"Eso a nadie le importa" fue la frase típica que oí varios días, de aquellos que nunca en su vida han conocido ni de cerca lo que es una medalla. Pues bien, sí se terminó en el casillero cinco, al derrotar a República Dominicana por 69 a 63 –quienes tienen mucho más que nosotros de qué jactarse en el básquetbol- y resulta que sí importa ese puesto, ya que el Mundial aún no tiene sede, y si lo organiza un país americano se abrirá un cupo y Chile entraría a disputar un campeonato que resultaba imposible hace sólo unos años, cuando un afamado entrenador argentino que fracasó con la Roja en un sudamericano de Valdivia dijo muy liviano que Chile nunca ganaría algo en este deporte.
De todo eso se trata, cuando eres nadie en el deporte: saber crecer, soñar en grande, pero no saltarse etapas. Porque en nuestra historia fueron los triunfos morales, los héroes que estuvieron cerca los que agigantaron el deseo del triunfo. Como el "Tani" Loaiza, Arturo Godoy, en el boxeo. Osvaldo Rodríguez en el hockey patín. Luis Ayala, "Pato" Cornejo y Jaime Fillol, en el tenis. Porque ellos sembraron, y pocos cosecharon. Hoy, cuando los deportes que hasta hace poco besaban los últimos lugares están creciendo, es una insensatez pedir trofeos, porque si se los apoya como corresponde ya llegarán. Ahora hay que disfrutar del sueño de gloria. Por eso, preguntar cuántas medallas tienes en algunos casos es irrelevante…. ¿Y las pololas?.. Bueno, eso como dijo el gran Nelson Acosta "da lo mismo".