Felipe Berríos: "La renuncia de todos los obispos no ayudó, porque es como Fuenteovejuna"
"Nadie asume responsabilidades particulares y el papa tiene que andar investigando con sus enviados lo que pasó", planteó el sacerdote jesuita.
"No seamos hipócritas, en vez de pedir tanto perdón hay que cambiar", dijo el presbítero en entrevista con La Tercera.
El sacerdote jesuita Felipe Berríos analizó la crisis de la Iglesia Católica de Chile y los efectos de la reciente visita de la misión Scicluna, enviada por el papa Francisco.
En entrevista con el diario La Tercera, y desde el campamento La Chimba, en Antofagasta, el presbítero planteó que "la verdadera crisis creo que es todo lo que pasó antes, en los años 70, 80, 90, y que estuvo escondido, cosas terribles de las cuales nadie se enteraba".
"Lo que pasa ahora podrá asustar a muchos curas, pero es la salida de la crisis, o al menos eso se espera, porque es un camino que ojalá sea de limpieza hacia la verdad", agregó el fundador de Techo.
Consultado por la cuestionada actitud de algunos obispos, Berríos dijo creer "que la crisis es de todos, de muchos estamentos. En realidad, es del clericalismo, de nosotros los curas, de creernos más cerca de Dios que el resto por tener un cuello romano, de creer que podemos dictar reglas morales y decirles a los demás cómo vivir".
"En cuanto a los obispos, creo que la renuncia de todos no ayudó, porque es como Fuenteovejuna: todos es nadie. Nadie asume responsabilidades particulares y el papa tiene que andar investigando con sus enviados lo que pasó", indicó.
"Esto de Chile es un botón de muestra de algo mayor"
Acerca de si lo dejan satisfecho las medidas que ha tomado Francisco, el sacerdote declaró que "el papa está dando una pelea doble, no solo en la Iglesia chilena, sino también allá en la curia vaticana. Esto de Chile es un botón de muestra de algo mayor, y él tiene que ser sabio para salir adelante", pero queen un camino lleno de obstáculos, tendrá "que aceptar algunas cosas, tragarse otras. Tengo fe en lo que se está haciendo.
"Si pensamos en una renovación verdadera, los laicos tienen que asumir un rol preponderante y tomarse la Iglesia. Nosotros, los curas, debiéramos ser el camino natural para llegar al evangelio y resulta que nos hemos transformado en el principal estorbo. Como ha dicho el papa, hay que retomar la Iglesia que entregó tierras para a reforma agraria, la de los DD.HH., la del Padre Hurtado, de Santa Teresa, de las comunidades de base. Y no engañarnos con algunos cambios", remarcó.
De todos modos, cree que "esto que ocurre, los cambios, las investigaciones, la verdad de muchas cosas que pasaron hace años, ha venido desde afuera, ha sido presionado por laicos, por la prensa, por víctimas y denunciantes. No es algo que salió desde la propia Iglesia. Todos los curas tenemos que aceptar nuestra responsabilidad".
E hizo un llamado: "No seamos hipócritas, en vez de pedir tanto perdón hay que cambiar. Nosotros los curas tenemos que cambiar. No podemos seguir alimentando eso de que somos especiales. Por los resultados, a está claro que no. De allí vinieron los abusos, de conciencia, de poder y sexual.