La columna de José Arnaldo Pérez: Para celebrar y recordar

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El periodista de Al Aire Libre en Cooperativa nos entrega su opinión sonbre la actualidad del golfista Joaquín Niemann y otros logros de nuestro deporte.

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Por José Arnaldo Pérez @Chascaperez

Y nos vamos a tener que acostumbrar. Felizmente es y será motivo de atención y alegrías. Joaquín Niemann nos volvió a sorprender gratamente en el torneo de golf The Greenbrier en Virginia, situándose en el quinto lugar, su mejor actuación, hasta ahora en el circuito profesional. De esta forma, y sólo faltando ciertos detalles para ser definitivo, aseguró su participación en el PGA Tour, y ya lo tenemos situado en el lugar 171 del mundo. Motivo de sobra para que él señalara que era uno de los días más felices de su vida. Y de seguro vendrán mucho más.

Pero no es el único motivo para festejar, ya que el Judo en categoría Junior y Cadetes nos regaló dos medallas de oro en el Campeonato Panamericano de la especialidad que se desarrolló en Córdoba, Argentina. Francisco Solís en la categoría de más de 100 kilos se impuso en la final al brasileño Andre Soares. Y en menos de 100 kilos Bryan Hernández hizo lo propio alcanzando el primer lugar. Puede decirse que a veces a estos continentales específicos no concurren los principales exponentes, pero en este evento dijeron presente, así por nombrar algunos, Estados Unidos y Brasil, países que junto a Cuba completan el medallero histórico de esta disciplina en los Juegos Panamericanos, donde Chile jamás ha obtenido una medalla de oro. Por eso es para tener en cuenta el resultado logrado de estos dos deportistas nacionales, y seguir su crecimiento con el curso de los años, ver por ejemplo si el 2023 con los Juegos que se disputarán en Santiago serán algunos de nuestros créditos.

Son situaciones que debemos ir considerando con los deportistas jóvenes ya que en cinco años más seremos los anfitriones de la mayor competencia americana. Y muchos de estos destacados jóvenes serán realidad el 2023. De los cuales veremos cómo se desempeñan en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires en el próximo mes de octubre y así proyectarlos, con el debido apoyo y aporte, si no serán otros más que integren la larga lista de talentos desperdiciados en Chile.

Y así como festejamos y nos ilusionamos con estos éxitos, también debemos recordar, ya que hace unos días se cumplieron tres años de la partida de Carlo de Gavardo, aquel que en 1996 nos hizo por vez primera mirar más detalladamente el Rally Dakar, cuando de verdad llegaba a esa localidad africana. Siempre tuvo una disposición notable. No le molestó que la típica pregunta –y en varias oportunidades- fuera si estuvo cerca de ser devorado por un león. Pasó de ser el “Chileno Solitario” al “Cóndor de Huelquén” porque voló alto, como pocos. Obtuvo muchos triunfos, ganó el Campeonato Mundial de Rally Cross Country, ayudó a que el Dakar llegara a Argentina y Chile, y tan relevante como lo anterior obtuvo el premio al juego limpio en dos oportunidades a nivel mundial, como aquella vez que nada le interesó hacer podio para ayudar al piloto mongol Shagdarsuren Erdenebileg, corrió en sentido contrario los vehículos para solicitar ayuda, porque más relevante que un premio le resultaba la vida.

En Carlo de Gavardo la palabra respeto tenía un altísimo valor. A cada conferencia que llegaba antes de comenzar saludaba de la mano y con un comentario amistoso uno a uno de los presentes, fuera periodista, camarógrafo, asistente o un hincha. Y el buen humor nunca fue ajeno a él, incluso en las situaciones más difíciles e incómodas. Para graficarlo, la siguiente anécdota. Llegó de una de sus tantas competencias, con todos sus premios, pero al mismo tiempo arribaban Iván Zamorano y Marcelo Salas para partidos clasificatorios para el Mundial de Corea y Japón. Inicialmente todo calzaba ya que “Carloco” –como también le llamaban sus cercanos- llegaba con dos horas de antelación a los cracks del fútbol. Pero hubo un retraso largo, y nació el nerviosismo que se montaran en horario las declaraciones. Como así pasó. De Gavardo estaba recién en sus primeras declaraciones cuando un camarógrafo dice muy suave “llegó el Matador”. En el acto se desmontaron cámaras y varios salieron raudos. Él miró extrañado, y preguntó ¿qué pasó? “Es que está llegando Marcelo Salas” le contestaron. Y en una salida de ingenio que lo retrata respondió “vamos a verlo entonces”, desatando la risa de todos los presentes… Pero allí no termina la historia, luego que Salas hablara con los medios, los periodistas volvieron al sitio de la conferencia de prensa del aeropuerto y De Gavardo, como si nada, la dio de nuevo lleno de alegría.

Por eso, junto con celebrar los triunfos de nuestros jóvenes deportistas, al mismo tiempo debemos recordar aquellos que además de alcanzar títulos mundiales fueron también excelentes personas. Carlo de Gavardo es un claro ejemplo de ello y por eso su legado se mantiene imborrable.