Remolacheros: "No se nos ha comunicado nada respecto al cierre de Iansa Linares"
Jorge Uslar, negociador de los agricultores, aseguró que falta "un análisis de ejecutivos extranjeros y nacionales para ver el futuro de la planta".
"Antes de eso no hay nada oficial", explicó, en medio de una incertidumbre que ya genera masivas protestas.
La comunidad de la Provincia de Linares prepara una tercera manifestación por el inminente cierre.
Luego de la multitudinaria caravana de tractores , camiones y vehículos que se movilizó ayer por las calles de Linares, y que terminó con remolachas botadas frente a la Gobernación Provincial, agricultores llamaron a esperar las conversaciones con los ejecutivos de Iansa sobre el inminente cierre de su planta en la zona, que es el motivo de las protestas.
"A nosotros no se nos ha comunicado nada respecto al cierre de la planta Iansa de Linares. En ese sentido, han sido muy deferentes, y cualquier decisión que se tome nos la comunicarán a nosotros , lo que no ha ocurrido", dijo a Cooperativa el vocero y negociador de los remolacheros de Linares, Jorge Uslar.
"Luego de la salida del ex gerente José Luis Irarrázabal, hemos estado conversando con su sucesor, Raimundo Díaz, quien nos señaló que debemos esperar un análisis que están realizando ejecutivos extranjeros y nacionales para ver el futuro de la planta", explicó Uslar.
El agricultor agregó que "los extranjeros llegaron el martes y recién están trabajando en ese informe que debemos esperar. Antes de eso no hay nada oficial respecto al cierre de la planta Iansa de Linares".
#Maule: Jorge Uslar negociador de los remolacheros aseguró a @Cooperativa que esperan informe de ejecutivos extranjeros y nacionales dirigido por nuevo gerente Raimundo Díaz para determinar futuro de Iansa #Linares "antes de eso nada oficial sobre el cierre" #CooperativaRegiones pic.twitter.com/j7Eu3qxRyp
— Jaime Morales Amaya (@MoralesAmaya) 13 de julio de 2018
Parlamentarios y autoridades de Gobierno están comenzando rondas de conversaciones para evitar el cierre de la planta, que opera hace más de 60 años y cuyo fin golpearía más de 4.000 personas que viven en torno a la industria remolachera, en una zona que tiene el índice de desempleo más alto de la región: un 8,5 por ciento.